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« Previous Page Table of Contents Next Page »apoyarse en el descubrimiento de las drogas naturales para poder anular a un tiempo ese dolor físico, esa ansiedad o, por qué no decirlo, que le permitieran "evadirse" y "volar" con su mente durante algunas horas.
Mucho antes de que los españoles llegasen a Perú, el consumo de la "coca" era ampliamente conocido, así como los efectos que producía. De todas las civilizaciones
americanas, México es el paraíso de las plantas alucinógenas, llamadas también fantásticas. Hace miles de años, el hombre precolombino ubicado en
Mesoamérica y México, experimentó la sorpresa de que un hongo pequeñito, casi negro de color, estaba dotado de unas propiedades maravillosas que le permitían al ingerirlo, sentir cómo el cuerpo se separaba de su alma, que era capaz de producirse el milagro de poder comunicarse con Dios, adquiriendo a la vez poderes adivinatorios. Todo esto según G. Wasson fue como un detonante del espíritu, la mente y la imaginación de ese hombre primitivo, porque experimentó sentimientos que no había experimentado nunca, como el temor y el respeto, la ternura y el amor. Teonanácatl significaría "carne divina", hongo "enteogénico" que quiere decir "Dios dentro de nosotros". A partir de esto, en 1975 los
investigadores se realizan la pregunta "¿podría el hombre de la Antigua Grecia haber descubierto y aislado de alguna forma, un enteógeno a partir del cornezuelo (esclerocio de un hongo conocido por los micólogos como Claviceps purpurea), que le proporcionase una experiencia comparable a la del LSD o la psilocibina?
El químico Hoffmann, célebre por su descubrimiento del LSD en 1943 y el profesor Carl A.P. Ruck notable por sus conocimientos en la etnobotánica griega, coinciden en la respuesta, que es si; el hombre, el herborista de la antigua Grecia, debido a los conocimientos tan desarrollados que tenía sobre las plantas, pudo haber obtenido un enteógeno del cornezuelo, ya que por ser los alcaloides hidrosolubles, eran fáciles de separar mediante una sencilla dilución en agua..
Parece existir algo en común entre el misterio del hongo mexicano y los misterios que se produjeron en el santuario de Eleusis, en el siglo
II d.C., donde se habla de "visiones inefables" –producidas en dicho templo–, considerándolas como privilegio de muchas generaciones de hombres y mujeres afortunadas. Entre los griegos, parece que se consideraba a los hongos como "alimento de los dioses", broma-theon, y Porfirio los denominó "nodriza de los dioses" o theotrophos".
Wasson deja en el aire, el hecho de que algunos poetas, profetas y muchos místicos y ascetas parece como si hubieran experimentado visiones estáticas que cumplen las condiciones de los antiguos misterios y reproducen los efectos de la ingestión ritual de los hongos en México. También resulta claro para el etnomicólogo Wasson, que Platón encontró sus "ideas", cuando bebió de la poción en el templo de Eleusis y pasó la noche contemplando la gran Visión y quizás es a partir de ahí cuando dice la frase que " más allá de esta existencia efímera e imperfecta de aquí abajo, hay otro mundo ideal de arquetipos, donde el modelo de cada cosa tiene una vida perdurable: hermoso, verdadero, original ". Este concepto ha sido muy debatido por filósofos y poetas a lo largo de milenios. Lo cierto y verdad es que la antigua Grecia conoció la alucinación y el éxtasis, debido a una sustancia alucinógena proveniente de un hongo, y que aunque las características botánicas y químicas son muy diferentes con el hongo pequeñito de México, sólo el hecho de ser plantas alucinógenas las hace tener en común el producir efectos psicológicos parecidos. Así pues, el misterio del hongo de México y el misterio que se produjo en Eleusis, se superponen en el tiempo. El hombre de la Antigua Grecia venera al hongo, al igual que el indio, y conserva la idea de su aparición o nacimiento después de una tormenta como se explica en el himno Homérico a Démeter, y como también cree el indio que aparece .después de las grandes lluvias. Así se introduce el hongo enteógeno en su vida, en sus montañas, y cuando se decide a utilizarlo aprende que dosis altas ingeridas –50 a 70 hongos–, le producen delirios, en ocasione les convierte en seres crueles, mientras que dosis más bajas -
P
de Rebotica de Rebotica
LIEGOS LIEGOS 33
LOS CAMINOS COLATERLES DEL CORAZÓN
Francisco Hernández (1517-1587),
médico naturalista.
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