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Panorama Actual del Medicamento
NUEVOS FÁRMACOS
el tono colinérgico se mantiene alto. Asimismo, las
neuronas del área ventrolateral posterior del núcleo
preóptico, ejercen una acción inhibidora mediada por
el GABA y la galanina, siendo activadoras del sueño, y
se proyectan a las regiones del hipotálamo posterior,
como el núcleo tuberomamilar, activado por la hista-
mina, el área perifornical, región responsable de la sín-
tesis de
hipocretinas
u
orexinas
, y el tronco cerebral.
En este sentido, la actividad
hipocretinérgica
podría in-
tervenir en la consolidación del periodo de despertar,
evitando la transición brusca entre las fases de vigilia y
sueño; por otro lado, desde el sistema reticular ascen-
dente (RAS), situado en el tronco cerebral, se emiten
proyecciones controladas por distintos neurotransmi-
sores (acetilcolina, histamina, serotonina, dopamina y
noradrenalina) a diversas zonas cerebrales encargadas
de mantener la vigilia.
La vigilia y el sueño son, por tanto, dos estados
fisiológicos antagónicos gobernados por múltiples
estructuras del sistema nervioso central. El equilibrio
que permite iniciar y mantener el sueño depende fun-
damentalmente de los neurotransmisores inhibidores
GABA y galanina presentes en el núcleo preóptico
ventrolateral. Las hipocretinas son neuropéptidos de
naturaleza excitatoria, sintetizados por neuronas del
hipotálamo lateral y posterior que presentan amplias
proyecciones en el sistema nervioso central (
locus
coeruleus
, núcleos del rafe, área tegmental ventral,
etc.) y que actúan sobre receptores específicos –
Hcrt-1
y
Hcrt-2
– donde parecen cumplir un destacado papel
en la etiopatogenia de ciertos trastornos del sueño,
como la narcolepsia.
Otro agente que interviene en el mantenimiento de
los ciclos circadianos sueño-vigilia es la
melatonina
(N-acetil-5-metoxitriptamina), una hormona sinte-
tizada y secretada por la glándula pineal, fenómeno
mediado por la inervación simpática de dicha glándula,
mediante acetilación y posterior metilación de la se-
rotonina. La producción de melatonina es suprimida
por la luz en los animales mamíferos, lo que hace de
esta hormona un marcador biológico ligado a la oscu-
ridad. Al comienzo de la noche, el incremento en la
liberación de noradrenalina desde el sistema simpático
activa los receptores
β
-adrenérgicos presentes en las
principales células de la glándula pineal, los
pinealoci-
tos
, aumentando la formación de AMPc, y los recepto-
res
α
1
-adrenérgicos, que amplifican más la respuesta.
El AMPc provoca la activación de la enzima serotonina
N-acetiltransferasa
, que incrementa la síntesis de me-
latonina. Por tanto, la glándula pineal funciona como
un transductor neuroendocrino. En los mamíferos, la
información fotosensorial que entra por la retina in-
fluye en la actividad de sus proyecciones neuronales,
que finalmente inhiben o estimulan la secreción de
serotonina.
La participación de la melatonina en el mante-
nimiento del ritmo circadiano y en la regulación del
sueño está mediada por dos receptores de alta afini-
dad para la melatonina (MT
1
: inducción sueño y MT
2
:
sincronización reloj circadiano; existe un tercer tipo, el
MT
3
, aunque no parece estar relacionado tan estre-
chamente con los ciclos de vigilia-sueño) presentes en
el núcleo supraquiasmático (hipotálamo), la hipófisis
anterior (
pars tuberalis
) y la retina. Estos receptores pa-
recen ser importantes también en los mecanismos de
aprendizaje y memoria; de hecho, la melatonina puede
alterar los procesos electrofisiológicos asociados con la
memoria, como la potenciación a largo plazo.
El ciclo luz-oscuridad es el estímulo sincronizador
principal. La melatonina se sintetiza y se secreta al inicio
de la oscuridad, alcanzando su pico en mitad del periodo
de sueño (entre 2 y 4 de la mañana) y gradualmente va
descendiendo en la segunda mitad de la noche.
Además de todo lo indicado, merece la pena men-
cionar la llamada
hipótesis de los ritmos circadianos
anormales en la depresión
. Se fundamenta esta teoría
en la observación reiterada de que la luminoterapia y
la privación de sueño son eficaces antidepresivos en
algunos pacientes, habiéndose observado alteraciones
de los ciclos diarios (circadianos) del humor, del sueño,
de la temperatura y de diversas funciones endocrinas
en estos pacientes. Por otro lado, se ha contrastado
la eficacia antidepresiva de algunos agentes – como
la agomelatina – agonistas selectivos de receptores de
la melatonina (
Bourin, 2009
), posiblemente normali-
zando los mencionados ritmos circadianos. Además, la
melatonina ejerce en condiciones fisiológicas múltiples
efectos a distintos niveles del organismo, no sólo en re-
lación con el sueño o los ritmos circadianos, por lo que
su administración exógena podría interferir en algunos
de ellos (
Álamo, 2009
).
En el tratamiento del insomnio se deben tener en
cuenta tanto medidas de carácter no farmacológico
(higiene del sueño), como distintos tratamientos far-
macológicos, de acuerdo con la fisiopatología y en fun-
ción de la gravedad y duración de la sintomatología.
Actualmente, el arsenal farmacológico para el insom-
nio es limitado, aunque puede decirse que el nivel de
respuesta es, en general, bastante satisfactorio. Básica-
mente, existen dos opciones:
––
Activadores GABAérgicos
: Benzodiazepinas y
análogos farmacológicos (zolpidem, zopiclona),
así como determinadas plantas medicinales, en
particular
Valeriana officinalis
, asociada o no a
lúpulo (
Humulus lupulus
), pasiflora (
Passiflora in-
carnata)
o melisa (
Melisa officinalis
).
––
Inhibidores de la actividad histaminérgica
(H), serotonérgica (5-HT) y noradrenérgica
(NA):
Doxilamina, difenhidramina, hidroxizina.
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