Página 11 - Panorama Actual del Medicamento (PAM) Nº 356 - Septiembre 2012

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Panorama Actual del Medicamento
REVISIÓN
El
síndrome apráxico-motor
,
con fluctuaciones
y alucinaciones visuales, que correspondería
más comúnmente a la demencia por cuerpos
de Lewy.
El
subsíndrome subcortical
,
con alteración de las
funciones ejecutivas y localización subcortical.
Algunos casos de inicio precoz de la enfer-
medad de Alzheimer se asocian a una herencia
autosómica dominante, lo que evidencia una in-
tervención genética. En concreto, parecen estar
afectados en estas formas los cromosomas 21, 14
y 1, en los genes de la
proteína precursora del ami-
loide
(
APP), de la
presenilina 1
y de la
presenilina
2
,
respectivamente. Estas alteraciones genéticas
condicionarían una mayor activi­dad de las
beta
-
y
gamma
-
secretasas
(
en el caso del cro­mosoma
21)
o de la
gamma-secretasa
aislada (en el caso
de los cromosomas 14 y 1), con el resultado de
sobrepro­ducción de fragmentos de
β
-
amiloide
que se agregan y depositan formando las placas
características de la enfermedad de Alzheimer.
En los pacientes afectados por la forma típica
de la enfermedad de Alzheimer, el principal factor
de susceptibili­dad genética parece encontrarse en
el cromosoma 19, en el gen de la
apolipoproteína
E
(
ApoE
),
del que existen 3 formas alélicas (E2, E3
y E4) y siendo la E4 la que confiere el riesgo de pa-
decer la enfermedad de Alzheimer. Este alelo (E4)
está relacionado con el efecto de la producción
de
β
-
amiloide, la hiperfosforilación de la proteína
Tau, la inflamación y la neuroplasticidad. En los
pacientes con demencia por cuerpos de Lewy es
frecuente objetivar anomalías genéticas relaciona-
das con el citocromo P450, aunque los hallazgos
no son homogéneos. La
ApoE
y un gen del cro-
mosoma 12 se han rela­cionado con formas mixtas
de enfermedad de Alzheimer y de demencia por
cuerpos de Lewy.
En la demencia fronto-temporal se han identifi-
cado mutaciones en los genes de la
progranulina
(
PGRN) y el microtúbulo asociado a
pro­teína Tau
(
MAPT) en los cromosomas 3p, 9p y 17q. Algún
estudio ha aventurado que los niveles de pro-
granulina en plasma podrían detectar mutaciones
en el gen PGRN.
Por otro lado, las alteraciones vasculares
cerebra­les también se han visto claramente rela-
cionadas con el desarrollo de demencia. Estas al-
teraciones pueden ser de muchos tipos, y no se
limitan sólo a la presencia de infartos cerebrales.
Más importante que el volu­men de las lesiones es
su localización y su disposición estratégica para
interrumpir importantes vías córtico-subcorticales
implicadas en la cognición, que son la clave en la
producción de síntomas.
Las zonas más comprometidas a nivel vascular
para el desarrollo de demencia son el hipocampo,
el siste­ma límbico, el tálamo y la corteza cerebral.
Las lesiones histopatológicas que clásicamente se
han relacionado con la demencia vascular son los
infartos corticales, los infartos lacuna­res y la afec-
tación isquémica difusa de la sustancia blan­ca o
encefalopatía de Binswanger, aunque el espectro
de las lesiones subyacentes y su contribución al
desa­rrollo de una demencia aún se encuentran en
estudio.
Por último, la inflamación también ha sido estu­
diada como parte de la patogenia de la enferme-
dad de Alzheimer, y no hay duda de que participa,
aunque no se ha aclarado si es causa o consecuen-
cia de la misma.
La enfermedad de Alzheimer se caracteriza
por la degeneración progresiva y específica de
las neuronas corticales, así como de algunas es-
tructuras subcorticales, que da lugar finalmente
a la pérdida de funciones cerebrales. La causa de
este deterioro se ha relacionado con la formación
de placas de proteína
β
-
amiloide
y ovi­llos neuro-
fibrilares (formados por la fosforilación de la
pro-
teína tau
),
que caracterizan esta patología, ob­
servándose asimismo una hipofunción colinérgica
neurotransmisión mediada por acetilcolina –,
que compensa una hiperfunción
glutamatérgica
,
es decir, una hiperactivación de las vías neuroló-
gicas mediadas por ácido glutámico como neu-
rotransmisor. En cualquier caso, las disfunciones
celulares ocasionadas desencadenan la activación
de los mecanismos de apoptosis que conducen a
la muerte neuronal.
El sistema colinérgico – que utiliza acetilcolina
como neurotransmisor – juega un importante
papel en la memoria. En individuos con Alzheimer
se ha observado déficit del enzima
colina acetil-
transferasa
,
que da lugar a la acetilco­lina, y de re-
ceptores colinérgicos, y se constata una pérdida
importante de neuronas en uno de los princi­pales
emisores de estímulos colinérgicos a la corteza
cerebral, el núcleo de Meynert. Estas observacio-
nes condujeron a la introducción en terapéutica,
a finales de los años noventa del siglo pasado, de
los inhibido­res de la acetilcolinesterasa para el tra-
miento sinto­mático de la enfermedad de Alzhe-
imer.
El conocimiento sobre el comportamiento del
péptido
β
-
amiloide
y la formación de placas y ovi­
llos neurofibrilares ha abierto nuevas lí­neas de