Revista Pliegos de Rebotica - Nº 145 - Abril/Junio 2021

Antonio Gisbert en un óleo de grandes dimensiones titulado “El rey Amadeo I ante el cadáver del general Prim”. Se dirigió a las Cortes para jurar como rey, naciendo una monarquía huérfana y efímera, pues sin la presencia de su valedor, con una situación política compleja e inestable a consecuencia de los múltiples corpúsculo políticos que formaban la Cámara, y sin contar con el apoyo de las élites del país, la aristocracia y la alta burguesía, su reinado fue corto, muy corto, interrumpido voluntariamente al renunciar al trono y a todos los derechos al mismo para sí y sus herederos, el 12 de febrero de 1972 salía con su familia: su mujer y sus tres hijos, todos de corta edad en particular el pequeño que apenas contaba con unos días, camino de Lisboa. ¿Hubiera cambiado algo de haber sobrevivido Prim? Sobre la capacidad como militar y estadista no nos vamos a entretener, pero a pesar de su fuerte personalidad ¿hubiera podido mantener al nuevo rey al frente de la monarquía española cuando los monárquicos no le querían, unos por ser partidarios de la restauración es decir, el regreso de los borbones, poniendo sus esperanzas en el príncipe de Asturias, futuro Alfonso II, otros creyendo haber llegado el mejor momento para colocar en el trono al autoproclamado Carlos VII, los republicanos nada querían saber de reyes y solo buscaban la instauración de una república federal,… De todos es conocida la expresión del general que encabezó junto a Serrano y Topete la Revolución respecto al regreso de la casa de borbón a España: ¡jamás, jamás, jamás! ¿hubiera sido suficiente su firme apuesta por el nuevo monarca como para haber consolidado la casa de Saboya en España? Me temo que no.Amadeístas había muy pocos, tan pocos que no pudieron afianzar en el trono al monarca más legalista y respetuoso con el ordenamiento existente que se había conocido, no sirviendo de nada el esfuerzo moderador llevado a cabo por el monarca a lo largo de su breve reinado, un abrumador trabajo de contención de las rivalidades políticas, tan enconadas, así como hacer frente a los exacerbados protagonismos personalistas. En fin, para algunos un experimento que no salió bien, opinión que no comparto pues no fue el primer rey extranjero que vino a este país, que otro hubo y solo duro si bien las circunstancias sociopolíticas eran otras que tampoco le auguraban anda bueno. Las palabras de este efímero rey de España, tan efímero como pudieron serlo sus gobiernos y los cambios ministeriales, se podían traducir al román paladino, si es que fuera necesario hacerlo, con un sencillo ‘ahí os zurzan y os quedéis con vuestro manicomio’. La experiencia del hijo del rey de Italia, fue terrible en el tiempo en que fue rey constitucional de España. La nobleza tradicional se decantó en masa por el retorno de los borbones, mientras que los independentistas cubanos y los carlistas se encargaron de que Amadeo I no tuviera un segundo de tregua en su aventura española. Acababa así este breve episodio en la historia de España, apenas un sueño en el devenir de los tiempos. Esta nueva monarquía, sangre joven, llegaba a una corte vieja, decrépita, anclada en usos y costumbres del pasado, en un país atrasado, fragmentado e incapaz de salir de su marasmo.Y lo hizo llegando por el este, por levante, por el lugar en el que nace el sol que anuncia un nuevo día.Y lo hacía a bordo de un tren, símbolo de la modernidad, de los nuevos tiempos. Apenas dos años después, abandonaban el país por poniente, la puesta de sol, el ocaso de un proyecto revitalizador.Y lo hacían a su vez subidos a ese mismo tren que simbolizaba el progreso y la modernidad, que también huían con ellos. Con aquel acto,Amadeo dejaba de ser Rey de España.Tres elecciones a Cortes, siete gobiernos y más de cien cambios de ministros quedaban atrás. n 23 Pliegos de Rebotica 2021 Isabel II de España y su hijo Alfonso XII a cuyo favor abdico. Autoproclamado Carlos VII Grabado, atentado contra Amadeo I en la calle del Arenal.

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