Revista Pliegos de Rebotica - Nº 144 - Enero/Marzo

vapuleados y exprimidos hasta la saciedad. Muchos de ellos nunca se harían públicos. –Nos vamos, chicos. ¿Alguna recomendación más? –ofreció Luisa al exquisito ramillete de colaboradores que estaba en la sala. Era tranquilizador saber que todos los documentos habían sido creados y manejados al margen de la Red. Nadie estaba ya a salvo de que las tecnologías fueran intervenidas y la información robada y utilizada por los piratas que maniobraban en Internet. De ahí las infinitas precauciones y la inestimable colaboración de materiales donde la información desaparecía en poco tiempo o era imposible reproducirlos. A pesar de tratarse de una reunión online, el último de los detalles era dejar los móviles apagados. Nadie quería tener invitados no deseados durante el tiempo de conexión. mmmmm No se esperaban sorpresas en el inicio de la reunión, y las formas así lo demostraron. En el lado opuesto de la pantalla, a David y Luisa les contrarrestaban representantes de algunos ministerios; Inteligencia, Investigación y Sanidad prestaban el imprescindible apoyo técnico a Salud. La evolución tecnológica del mundo en los últimos 20 años había tomado una velocidad fulgurante. Los equilibrios entre países no se mantenían ya con tanques o misiles de ultimísima generación; a día de hoy lo difícil era combatir los intentos de supremacía que viajaban a través los hilos casi invisibles de la tecnología y la biología molecular. A las técnicas de hackeo de la información se le habían añadido otras, si cabía, más peligrosas. Era ya obvio para algunas mentes auténticamente despiertas que el biohackeo podía acabar de múltiples formas y bastantes sencillas con la Humanidad. Por desgracia, ya no era el peligro nuclear el único candidato. –Hemos leído con detenimiento los documentos que enviasteis –introdujo por fin Juan Torres Méndez, secretario de Estado de Salud y quien ostentaba el rango más alto en aquella reunión, tras introducir a los asistentes. –Hay dos proyectos que nos parecen especialmente interesantes y los vamos a apoyar–continuó–. Ipomea 3 y Melisa 2 parecen muy prometedores. –Os agradecemos la confianza… aunque sea inicial –tomó la palabra David como contacto habitual y codirector de la empresa–. En Ipomea los resultados de control insulínico son buenos. El bloqueo de la señal nerviosa es satisfactorio en el modelo animal. Quizá estemos en disposición de empezar la fase III en humanos en unos 3 meses. El ligero asentimiento de ciertas cabezas que trascendía de algunas pantallas indicó a Luisa que era su momento de intervenir. No necesitaba añadir explicaciones inútiles, todos conocían su papel en la empresa. –Por favor, tomad el último documento que os hemos enviado e id a la página 25– empezó la segunda socia mientras buscaba una página concreta y con ello forzaba a todos a hacerlo–. Como podéis ver ahí, Melisa se corresponde con otra de nuestras áreas estratégicas. Lógicamente, procuramos focalizarnos en las áreas donde tenemos más conocimiento. Un ligero murmullo de paso de páginas continuaba en el audio mientras Luisa seguía con sus explicaciones. –Melisa es un proyecto para dos frentes porque el control del apetito los tiene –continuo ella–. El vector que hemos diseñado funciona bien in vitro y estamos preparando las fases posteriores… La especificidad que lograríamos es una baza esencial para tener un buen desarrollo de mercado. Tras una decena de preguntas más y sus respuestas correspondientes el objetivo de la reunión parecía cumplido. –Vale, perfecto –tomó de nuevo la palabra el político principal–. Firmaremos las ayudas para estos dos proyectos. No hay duda de que estáis en línea con nuestras áreas estratégicas. El secretario de Estado de Salud dio las gracias a los representantes de los distintos ministerios indicando con ello que debían desconectarse. Sin embargo, permaneció en silencio hasta que solo quedaron en la pantalla él y los biotecnólogos. 15 Pliegos de Rebotica 2021

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