Revista Pliegos de Rebotica - Nº 142 - Octubre/Diciembre 2020

9 2020 Y Y a nos había advertido Margarita Arroyo en uno de sus libros, el que dedicó a León Felipe, que el poeta destruye toda su materia posible y la organiza de nuevo para crear su propio poema . Sin duda se trata de uno de los aspectos fundamentales de su poética, lo que la hace especialmente singular: acertar con los nombres exactos de las cosas que previamente ha ido creando nuestra imaginación. Para Margarita Arroyo los mitos, la realidad y los sentimientos cambian tanto como la propia vida. Lo recuerda en un poema de su libro El suelo y el vuelo , galardonado con el Quijote de Plata. Leemos: El momento y el lugar somos nosotros mismos/, cuando imparable el mar irrumpe/ y te hiere el costado. La honda herida que tantas veces nos produce la gestación un verso, la presencia de ese crepúsculo de soles confundidos que tanto nos agobia y lleva a los espacios de la “luz no usada” a la que se refería Fray Luis de León. Es curioso constatar hasta qué punto la Farmacia y la Poesía coinciden en sus respectivos fundamentos, sobre todo en lo que se refiere al humanismo, piedra angular de su filosofía, de su razón de ser, y es aquí donde Margarita Arroyo descubre y engrandece su escritura. Recuerdo la lectura de su libro El albarelo de la cruz lisiada , donde la autora nos introduce en tantos aspectos ancestrales de la farmacología. “Ya desde el Código de las Siete Partidas consta el oficio de farmacéutico (1263)” y con carácter de Oficio Real – agrega– aparece en los Archivos del municipio burgalés en la Corte de Castilla con Fernando III el Santo con una pragmática (1217) que faculta al Boticario Real para entender sobre asuntos delicados. Pero incluso muchos siglos antes ya era reconocida esta profesión con respeto y admiración. ¡Cuántos años, cuántas atenciones de Margarita Arroyo a Pliegos de la rebotica ! Hoy se me invita a que escriba un artículo sobre este gran amor de la escritora hacia la revista, hacia la Farmacia y uno no sabe por dónde empezar. De la poeta y de la boticaria, dicho en lenguaje más propio de la tradición castellana. Retrocedo varias décadas en la memoria de mis lecturas y me encuentro con Margarita Arroyo repasando páginas del Quijote , allí donde Miguel de Cervantes relata el episodio del bálsamo de Fierabrás , y ya tenemos en danza el parentesco de la magia de cientos y miles de años, el hermanamiento del fenómeno curativo y la creatividad literaria. Para restañar las tremendas heridas recibidas por los yangüeses, comenta nuestra directora, Sancho mezcla aceite, vino, sal y romero y echa mano del mítico bálsamo .Ya dijo Enmanuel Kant que “la verdadera realidad la vemos a través de las formas de la imaginación, que son el tiempo y el espacio”. Margarita Arroyo la literatura y la farmacia José López Martínez Entrega del Quijote de Plata a su vencedora, Margarita Arroyo, en presencia de José López Martínez, Claudio Cortijo y Vicente Aroca.

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