Revista Pliegos de Rebotica - Nº 142- julio/septiembre 2020

E J. Mª Martín del Castillo Disensiones en la primera vuelta al mundo (II) E l 10 de agosto de 1519, día de San Lorenzo, salía la expedición de Sevilla hacia Sanlúcar, de donde partió el 20 de septiembre cuando sus promotores habían logrado superar los intentos portugueses por desbaratar la expedición. Algunos de esos intentos, que tuvieron como eje la figura del embajador lusitano en Castilla, Álvaro da Costa, son verdaderamente novelescos, pero responden a la realidad. La situación se fue enrareciendo en el seno mismo de la expedición, pues Magallanes, hombre de trato difícil, no hacía partícipe a sus capitanes de los derroteros que iba a tomar para materializar su viaje, ni a ningún otro miembro de la expedición, tal vez por temor de que llegaran a persuadirle de lo contrario por los seguros peligros que tendrían que correr y por no desanimar a la tripulación, por lo que los capitanes de las otras naves que debían estar bajo su mando eran sus “enemigos” por la única razón de que ellos eran españoles mientras que Magallanes era portugués, según relata Pigafetta. Esta afirmación debió ser un lapsus del cronista pues no se ajusta a la realidad, ya que había capitanes, como el de la Santiago, que era portugués. A los problemas de Magallanes con algunos significados hombres de la expedición, principalmente con el veedor Juan de Cartagena, pues el primero no estaba dispuesto a compartir sus funciones con nadie, por muy persona conjunta que hubiese sifo nombrado, a lo que se sumaron las penalidades por las que pasaron para recorrer una ruta que debió parecerles no solo ignota sino infinita en la inmensidad del Pacífico El 13 de diciembre de ese año de 1519 desembarcaron en la bahía de Río de Janeiro y más tarde en la bahía de San Julián, donde permanecieron hasta el 14 de agosto. Invernarían en él con disgusto de una parte de los expedicionarios, que deseaba pasar el invierno austral más al norte, donde poder evitar los fríos propios de esas latitudes. La tensión de los descontentos estalló el 1 de abril de 1520. Elcano actuó siguiendo las órdenes de su capitán, Quesada, levantisco que resultó indultado. Fue entonces cuando comenzaron a surgir los verdaderos problemas. El capitán Cartagena ya había sido relevado de su puesto y apresado por Magallanes, al haberle recriminado que no compartiera con nadie el rumbo a seguir. Parte de la tripulación también comenzó a mostrar un notable descontento, sobre todo los demás capitanes de las naos, a los cuales Magallanes no informó en ningún momento ni de sus intenciones ni de su plan de viaje, como era su deber. Además, se negó a revelar el rumbo que pretendía seguir, con la excusa de que era un secreto. Los capitanes alegaron entonces que las órdenes del rey Carlos I eran muy claras, y que debía consultar con ellos la ruta a seguir. Magallanes no les hizo caso. Entonces le acusaron de comportarse de manera tiránica, de secretismo y de actuar en su exclusivo beneficio. Como era previsible, ante el malestar de parte de la marinería estalló un motín que encabezaron cuatro capitanes. El veedor Juan de Cartagena, el tesorero Luis de Mendoza, el contador 5 Pliegos de Rebotica 2020 Retrato de un joven Carlos I de España, c. 1516, a partir de un retrato de Bernard van Orley. (Terceros.)

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