Revista Pliegos de Rebotica - Nº 142- julio/septiembre 2020

33 Pliegos de Rebotica 2020 con algunos, pero para mí, no es ser el más listo, el más trepa, el más político, sino aquel o aquella que gestiona mejor su área de trabajo discretamente, sin desfallecer, sin hipertrofia del ego… ¡Charo! Los pedidos del material fungible!! ¡Charo! Por favor, la lista mensual de gérmenes encontrados en los análisis de mi unidad… y allí estabas tú, con lo solicitado y así se hacía patente el agradecimiento nuestro por hacerlo todo tan fácil como tú lo hacías, con la humildad que te habían enseñado desde pequeña y con tu sonrisa de siempre. Bueno pues así llega tu boda con Manolo, y en 1980 nace Fernando, en 1981 llega Chari, y en 1986 Javi. Los tres nos llenaron de alegría a todos los que te conocíamos, porque tú estabas feliz. Pero una vez más la felicidad no es perenne para nadie, y llega la separación, que la recibes como un golpe duro, difícil de comprender, pero la vida es así y a veces la escala de valores cambia… Hablamos mucho de ello porque estabas tremendamente angustiada, y todo quedó para nuestra intimidad, pero hizo que te admirase más por no amilanarte, mantener tu autoestima, y no lanzar reproches públicos que podías haberlo hecho. Transcurre el tiempo, tus hijos se hacen mayores y te regalan unos nietos maravillosos, y llegamos al momento actual, jubilada hace un año, con la ilusión de una nueva vida de “júbilo” y disfrute de los tuyos. En el mes de marzo tenemos noticias de que hay un virus entre nosotros, pero nada hace presagiar la desgracia.Y llega tu enfermedad, el 17 de marzo, con síntomas que genera la preocupación de tus hijos, por ser un momento de desconcierto. Localizar una ambulancia era casi imposible por los centenares de contagios que se producían diariamente. Ingresas en urgencias de un hospital el día 27 y de allí a otra urgencia en otro hospital el 28, 29, y 30, donde dada la gravedad de tu proceso, deciden derivarte al hospital Monte Príncipe, y allí pasas tus 46 últimos días en la UCI. Cumplidas las medidas de aislamiento, sedada, con traqueotomía, pero los tuyos no pueden acercarse, solo al final te ven –de lejos– pero nada más.Y es el día 4 de mayo de 2020, que dices adiós a este mundo del que tanto esperabas disfrutar en tu recién estrenada jubilación. ¿Qué puedo decirte querida amiga, con esta dolorosa ausencia? Creo que no puede haber una frase más bonita como la de Chari, tu hija: “ El cielo ha ganado una gran sonrisa ”, y yo añado que ha ganado también una historia llena de dulzura, que seguro aportará paz a la llegada de tantos fallecidos en esta maldita pandemia, y ayudara para hacerles las cosas más fáciles como aquí hiciste con nosotros en la tierra. Me cuesta mucho aceptar, que esta forma de partir es un hecho irreversible como miles de casos más, que este virus se propaga muy rápido, y que es todo lo que ha podido hacerse. Pero lo triste para mí, es que no hablaré contigo nunca más. Sabes que mi pensamiento es rebelde, y que gestiones y razonamientos raquíticos y a destiempo no me sirven para calmar este dolor, tan grande, que abarca el fallecimiento de casi 40.000 personas, cifra no oficial de momento. Por eso me identifico y me tranquilizo con la frase de Isabel Allende: “La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme siempre estaré contigo” Eso lo aseguro, no te olvidaremos! Ojalá, este shock postraumático que se ha producido en muchos de nosotros, pudiera hacernos reflexionar, que la vida puede cambiarnos en cuestión de minutos o segundos, que “vivamos y disfrutemos el presente en vez de pensar ansiosamente en el futuro que a lo mejor no llega. A veces se pierde la salud para ganar dinero, y luego se pierde el dinero por recuperar la salud. Hemos presenciado que han muerto personas que vivían como si no tuvieran que morir nunca…y mueren como si nunca hubieran vivido”

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