Revista Pliegos de Rebotica - Nº 142- julio/septiembre 2020

L L isboa ha sido un destino frecuente para mí, casi siempre por trabajo, pero mi última estancia en la capital lusa ha sido especial. Era la primera vez que pasaba el año nuevo (ano novo) en Portugal, y también la primera vez que no tenía la sensación de ser un viajero sino un residente, aunque fuera por un corto período de tiempo, al alojarnos entre amigos, en un apartamento en el popular barrio alto. El invierno en Lisboa es tan cálido como lo son los lisboetas. Una calidez que llama la atención en una ciudad cosmopolita y moderna, que ha sabido envejecer –como el buen vino– sin perder su carácter tradicional. Lo que más me ha sorprendido de este viaje es comprobar en primera persona cómo se ha modernizado Portugal en un tiempo relativamente corto: se palpa en el ambiente una joven generación de lisboetas activa y vital. El barrio alto, en particular, es una zona digna de ser vivida. Los restaurantes y los lugares de ocio alternan con tiendas y comercios vanguardistas.Y a todas horas se puede hacer algo que a los íberos nos llena de satisfacción: estar en la calle, pasear, alternar con amigos y tomarse una tapa, un café o una copa. Llegar a Lisboa es fácil, ya sea en automóvil, tren o avión. En esta ocasión elegimos la vía rápida, es decir el avión. Es una forma maravillosa para comunicarse entre Madrid y Lisboa, ya que las frecuencias son casi como de puente aéreo y los precios de los billetes asequibles, sobre todo si el viaje se planifica con tiempo. Dónde dormir en fin de año Hace una década que decidimos pasar los fines de año en alguna ciudad española o europea, y siempre alquilamos un apartamento porque no nos gustan nada los cotillones de hotel.Tradicionalmente llegamos unos días antes y compramos en los mercados o comercios locales los productos necesarios para hacer una buena celebración casera. Desayuno Los desayunos en la capital lusa son realmente interesantes y, singularmente, lo son las “padarias”, es decir panaderías, donde se puede tomar un café o una infusión con el imprescindible acompañamiento de un bollo, pastel, sándwich, rebanada de pan tostada o jugo de naranja. Muy recomendables son los “pasteis” de nata, también conocido como “de Belem” por su fábrica en el barrio del mismo nombre. Comida Nuestra primera recomendación para comer en Lisboa es un pequeño local muy familiar en Alfama, donde se 23 Pliegos de Rebotica 2020 Enrique Granda Vega Crónica de un Viaje a Lisboa

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