Revista Pliegos de Rebotica - Nº 142- julio/septiembre 2020

S S ucede que por motivos de salud, esta temporada no he podido presenciar en directo la Feria de Otoño de Madrid y no me quedó más remedio que presenciarla a través de la TV. He de reconocer que retransmiten muy bien pero los comentarios de los que comentan la corrida son tendenciosos, triunfalistas y nada didácticos para el público advenedizo al que confunden constantemente. La culpa de que el espectáculo sea malo siempre la tiene el vecino de al lado. No existe la autocrítica entre los taurinos. Lo suyo es lo mejor y lo malo es que esta teoría es avalada por los que comentan el festejo. ¡¡¡Ellos sabrán!!! en definitiva si esto se hunde los primeros que se ahogan son ellos y yo me buscaré otra afición. Particular mención, merecen los comentaristas– toreros –o viceversa– que siempre barren para casa. Pienso que la empresa de TV privada que les contrata, lo hace para dar un toque técnico al desarrollo de la lidia y no para descalificar al público por sus desacuerdos con la marcha del espectáculo ni para criticar a los presidentes que no se “adaptan” a sus criterios y simpatías a la hora de conceder orejas o devolver toros a los corrales por inválidos. En definitiva son una máquina de confundir al personal. Según ellos, las buenas aficiones son aquellas que piden orejas sin sentido y aplauden todo lo que se menea y las malas aficiones son aquellas que protestan y son críticos con la mala lidia a la que desafortunadamente estamos bastante acostumbrados. El pasado día 5 el ex torero Emilio Muñoz rememoró –supongo que por nostalgia– el Reglamento que había hace más de 20 años. O quizá se inventó uno nuevo. Lo cierto es que ese día don Emilio estaba cabreado con el mundo entero y se despachó a gusto con la afición y el presidente de la Plaza de Las Ventas. Sin –a mi juicio– llevar razón. Se trataba de una corrida de Adolfo Martín y banderilleaba –por cierto rematadamente mal– el diestro Manuel Escribano que sólo clavó 3 banderillas de los tres intentos. El presidente, con buen criterio, le mando entrar una cuarta vez ya que el toro no tenía clavados los cuatro “palos” que contempla el vigente Reglamento de Espectáculos Taurinos de 1996. En ese momento el Sr. Muñoz arremetió contra el presidente argumentando que cuando banderillea el Matador, éste decide los pares que quiere poner y contra la afición “venteña” por estar silbando a un torero que estaba haciendo el ridículo en el segundo tercio de la lidia de ese toro. Lo primero era antes, en el anterior Reglamento de mitad del siglo pasado. La crítica a la afición madrileña supongo que tendría respuesta también en el pasado ya que este ex torero no dio ni siquiera una vuelta al ruedo en esta Plaza a lo largo de toda su carrera profesional… y eso duele y no se olvida. Lo mínimo que debe un profesional es conocer el vigente Reglamento porque le pagan para informar, no para confundir. Sea humilde don Emilio Muñoz y debería pedir públicamente disculpasen en la próxima retransmisión que colabore. Los comentaristas no toreros ya lo hicieron, aunque sutilmente, en la Feria del Pilar de Zaragoza con la misma ganadería y el mismo torero que volvió a estar igual de mal con las banderillas, pero como la culpa nunca es suya, se la echó al fabricante de las banderillas.Aunque les parezca de risa –que lo es– ahí están las hemerotecas para demostrarlo. Luego se cometió con este torero una gran injusticia al no conceder la presidencia una oreja que el público la pidió unánimemente.Aquí la señora presidenta se equivocó. El Reglamento lo han de cumplir todos los estamentos de la fiesta y el presidente ha de ser el garante de que así sea.Tampoco me gustan los presidentes/as protagonistas. En la Fiesta el primer protagonista es el TORO y luego el torero. Resumiendo, la temporada ha sido más triunfalista que realista. Lo cierto es que cada vez va menos público a las plazas de toros, con las excepciones de Madrid en sus ferias, Sevilla en los carteles de relumbrón de la Feria de Abril y Pamplona que se llena toree quien toree en San Fermín. En el resto de plazas se ve desgraciadamente mucho cemento en las gradas, salvo que haga el paseíllo José Tomás en esas plazas de segunda con ese medio–toro. Pero a mi ese espectáculo, de momento, no me interesa demasiado. En cuanto a toreros, ha sido claramente la temporada del torero de Lorca Paco Ureña. Genial en Madrid y Bilbao. Un torero que ha “tragado” con corridas duras y que ahora está en su plenitud profesional, ganada honradamente y siempre dando la cara. Enhorabuena Maestro. José Luís Blanco Pérez Los distintos reglamentos 16 Pliegos de Rebotica 2020

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