Revista Pliegos de Rebotica - Nº 141- abril-junio 2020

A A ño bisiesto año siniestro, dice un refrán popular, y a decir verdad el inicio de este 2020 no nos ha traído grandes alegrías. Patógenos cual el “coronavirus”, capaz de paralizar un país cual el gigante asiático, sembrando muerte y contagiando a miles de seres humanos en cualquier lugar del mundo, que han de someterse a “cuarentena”, y demás medidas, para paliar el contagio, incidiendo además en los diferentes ámbitos de una sociedad; sanitario, económico, cultural, social… Cambio climático, ciclo génesis explosivas, tormentas cual “ Gloria”, por dejar constancia de alguna, que dejan ver el gesto iracundo de los míticos Eolo yVulcano ansiosos de asolar , con su fuerza, todo lo que a su paso encuentra, en connivencia con Neptuno, enfurecido, tridente en mano decide castigarnos y se manifiesta a través de olas furiosas cuya altura, y ruidoso batido, intimidan y preocupan a todos aquellos que siente su proximidad y atónitos ven como esa blanca espuma arrastra a su paso sin piedad todo lo que halla, impotencia de la humanidad ante tanto desastre, casas derruidas, familias sin hogares, playas llenas de muerte, los pececillos flotan ya inermes ¡poder de una naturaleza! tal vez hastiada de tanto desastre ecológico, y ¡a pesar de todo! la vida sigue, la naturaleza cobra fuerza y la eclosión de la belleza de tanto árbol en flor es un bálsamo para tanto desastre. De nuevo es necesario morir para nacer a una nueva vida, que cantó el poeta. El mundo taurino no es ajeno a lo que ocurre, en la “aldea global” y con excesiva frecuencia vientos huracanados quieren demoler el viejo edificio de la “Tauromaquia”, o al menos tambalearlo. De hecho hay ciertos grupos políticos, que en sus programas incluyen, entre sus objetivos, la supresión de las corridas de toros y demás festejos populares, animalismo de salón. Las tertulias taurinas debaten sobre el tema de la abolición de nuestra Fiesta y de las cada vez mayores dificultades y los problemas, de toda índole, sobrevenidos. Se aboga por una necesaria unión de todos los sectores implicados, de un mayor compromiso y verdad, de la necesaria renovación, manteniendo la pureza del Arte de torear, y a pesar de todo, la Fiesta sigue ahí mostrando su grandeza y solidez, pero agrietándose por falta quizá de los necesarios y exigibles cuidados. Finalizada la temporada en tierras americanas, con los triunfos de Antonio Ferrera y Joselito Adame, no hablemos de conque toros, en nuestro suelo patrio se ha iniciado la temporada taurina:Valdemorillo ha sido un éxito, y ya se han dado a conocer los carteles de las Ferias de; Olivenza, Valencia, Sevilla…con el atractivo de la vuelta de Talavante a los ruedos, pero no es menos cierto que cada vez hay menos público en las Plazas, ¿por qué? ¿Es que son elevados los precios de las entradas, excesivos impuestos, o es que cada vez interesan menos las corridas de toros por falta de creatividad y aparición de nuevas figuras ,siempre los mismos matadores con los mismos toros y, evidentemente, en líneas generales , sin emoción alguna o lo que es lo mismo hastío . A mí me da la impresión que, como en botica, permítase la licencia intelectual, de todo hay. El crítico taurino Antonio Lorca, en un excelente artículo, afirma que:“la fiesta está en manos de antitaurinos vestidos de luces… que no lideran ninguna iniciativa innovadora…”.Tal vez este aserto nos lleve a pensar que la fiesta morirá no por una prohibición legal sino por el comportamiento nuestro, los aficionados, que cansados de ver siempre lo mismo, sin atisbo de ver nuevos valores, sin emoción desistimos de ir a las Plazas. Convendría recordar, máxime este año en el que se celebra el centenario de su muerte, la figura y su aportación a la tauromaquia, de José Gómez Ortega; Joselito El Gallo,“Gallito” el más joven de una dinastía torera,“la de los Gallos”. Hijos de la “seña” Gabriela, la matriarca capaz de vencer cualquier obstáculo, el mayor Fernando, el ingenioso, Rafael, el genial “divino calvo”, y no por casualidad las tres hijas se desposaron con toreros, Dolores la más pequeña con Ignacio Sánchez Mejías. El universo de José giraba alrededor del “tótem de la dehesa, Padre Toro”, que cantó Gerardo Diego, y un toro burriciego, de nombre Bailaor, de la ganadería de laViuda de Ortega, una aciaga tarde del sábado 16 de mayo de 1920, en la plaza de Talavera de la Reina, en esa hermosa danza ritual, le alcanzó hiriéndole de muerte, poco se pudo hacer en la enfermería. José estaba ya en el olimpo de los Dioses del toreo. “Gallito, el mejor torero/ El más artista. /El primero…,” escribió el singular D. Pedro Muñoz Seca.Y todos los conocedores y amantes de este arte coinciden con lo expresado por el gran dramaturgo. Tal vez se exaltaba más a Belmonte porque, Chaves Nogales, su biógrafo, del que se decía no saber demasiado de este arte, fue capaz con su bella pluma de novelar una 39 Rosa Basante Pol Pliegos de Rebotica 2020 DESDE EL CALLEJON En el centenario de la muerte de Joselito “EL GALLO”

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