Revista Pliegos de Rebotica - Nº 141- abril-junio 2020

A 10 Pliegos de Rebotica 2020 A lejandro Rodríguez Álvarez, conocido en el mundo literario como Alejandro Casona o “El Solitario”, comienza a publicar en 1920 su poemario: La empresa del Ave María , al que seguirían obras teatrales como La Sirena varada , del que se cumplen 85 años y 70 años de Los árboles mueren de pie entre otras. También cuenta con algunos ensayos y un par de obras de teatro infantil. Su “teatro poético” de matices líricos y sentimentales, está fuertemente ligado al modernismo de Rubén Darío así como al de García Lorca, que lo impregna de un lenguaje metafórico, como en su gran obra: La Dama del Alba . En todos ellos existe un común denominador ligado a la vida real y a la vida fantasiosa, con personajes alegres y taciturnos, felices y extravagantes, con una personalidad bien reflejada y prestos a manifestar sus aspiraciones y sueños en el desarrollo de la trama, que a veces no son nada más y nada menos que puras utopías. Exiliado a Argentina durante la guerra civil, en este país, disfrutó de un buen público y de una exitosa crítica, contando con el fervor de la gente, y enmarcándosele en la generación del 27 y conjugando neopopularismo y simbolismo a caballo entre la muerte y el amor, donde la vida es más fuerte que el amor y la victoria del amor es la vida. Sin embargo en nuestro país tuvo una fuerte crítica por promover en sus obras vidas fantasiosas, en los que en aquél momento no habría cabida ni lugar al atravesar la realidad con las consecuencias de una guerra civil fratricida. Fue presidente del Patronato de las Misiones Pedagógicas creadas durante la Segunda República con el ideario de la Institución Libre de Enseñanza, que recorrió nuestro país de 1932 a 1935, con su Teatro del Pueblo, comprometido y social que daba representaciones en hospitales de Madrid para heridos de guerra. A la vuelta a nuestra patria tras la Guerra Civil fue discutido por unos y consagrado por otros y en cierto modo utilizado por la política aperturista del último franquismo. Lo que me llama poderosamente la atención es lo que denominan su “ensayismo secreto” en el que tiene cabida estudios sobre las mujeres de López de Vega, una biografia de Francisco Pizarro y su curioso tratado: El diablo de 1925, que versa sobre el diablo en tono jocoso a la manera de C.P.S. Lewis en sus Cartas de Escrutropo a su sobrino Orugario, un demonio principiante, que mediante esta sátira nos pinta el infierno del siglo XX como una burocracia eficiente y orgullosa que se organiza para hacer el mal lo mejor posible. Los Ángeles Caídos buscan la condenación del hombre con diversas argucias, debilitando su fe y promoviendo pecados de indolencia, gula, promiscuidad y venganza muy significativos. Critica la debilidad del ser humano y refleja la forma en que puede ser influenciado. Casona sugiere la forma de evitar tentaciones para no caer en pecado, bajo una amplia erudición y evidente tino para el tratamiento de este tema. Por supuesto, lo literariamente interesante de Casona son sus obras mayores como las citadas a las que se le puede agregar: Prohibido suicidarse en primavera , que destilan un estudio finísimo de la personalidad y una rebuscada psicología. n Fernando Paredes Salido La literatura de Alejandro Casona

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