Página 25 - Pliegos de Rebotica Nº 110 - Julio/Septiembre 2012

E
l Antiguo Testa-
mento menciona a menudo a
un pueblo no semita, que ha-
bitaba al norte de Israel entre
el mar Negro y el Mediterrá-
neo y al que sus habitantes lla-
maban Hatti (en versión he-
brea Hittim). Estas referencias
en la Biblia sobre los hititas se
encuentran en “Josué” (3,10),
Génesis” (15,19-21) y “Libro
II de los Reyes” (7,6). (Pero
aclaremos: La cita de Josué se
suele datar en el 1100 a. C.,
cuando la región de Palestina
era tierra de nadie entre Egip-
to y Hatti. La del Génesis ha-
cia el 2000 a. C. cuando Abra-
hán viajó de Caldea a Palestina. En cuanto a la del
Libro II de los Reyes es el tiempo previo a la conquis-
ta de Asiria y la mención a los hititas, en ese momen-
to, parece algo tradicional teniendo en cuenta que Is-
rael tuvo que mantener siempre un equilibrio entre
Hatti y Egipto). Los hititas, también llamados heteos,
hablaban una lengua propia indoeuropea, de las que
también formaban parte entre otras: el sánscrito, el
griego, el latín y las lenguas germánicas. Usaban jero-
glíficos y escritura cuneiforme. Su literatura estaba
muy desarrollada según se demuestra en los documen-
tos históricos y las narraciones encontradas. Sus reyes
ejercían a la vez de sumos sacerdotes, jefes militares
y jueces principales. Lo que se dice una clásica mo-
narquía absolutista, la más antigua y natural forma de
gobierno.
Fueron, junto con Babilonia y Egipto, una de las
mayores potencias de aquellos tiempos. Se sabe que
tuvieron un código de leyes al encontrarse unas tabli-
llas de arcilla del 1.500 a. C., referentes al derecho ci-
vil y al penal. Por ellas conocemos que en su sociedad
había dos clases: los hombres libres donde se distin-
guía la nobleza guerrera y la clase media compuesta
por comerciantes y artesanos y después los esclavos,
que eran cautivos de guerra. En cuanto a sus costum-
bres se desprende, por ejemplo, que los matrimonios
se efectuaban o por rapto o por compra, teniendo que
casarse el hermano del marido con la viuda de su her-
mano. Pero no ¡cuantas mujeres podían tener! Con re-
lación al trabajo, los hombres libres recibían el doble
salario que los esclavos.
Perfeccionaron el carro de combate, empleándolo
con gran éxito. Se les atribuye asimismo ser los pri-
meros en utilizar el hierro en
Oriente Medio, para hacer ar-
mas y objetos de lujo.
No se comprende como los
que llegaron a constituir uno
de los mayores Imperios de la
Antigüedad hayan pasado in-
advertidos durante tantos si-
glos. Han tenido que transcu-
rrir miles y miles de años para
que su capital Hattusa se des-
cubriera, se pudiera descifrar
su lengua y llegar a conocer el
poderoso imperio que dominó
durante cinco siglos, la penín-
sula de Anatolia y el norte de
Siria.
Cuando los hebreos llegaron
a la tierra prometida”, en Canaán, se encontraron con
los hititas enfrentándose a ellos por cuestiones religio-
sas, puesto que eran politeístas, practicaban sacrificios
humanos, la magia, la adivinación… En realidad era
un pueblo que se ubicó entre Europa y Asia, pero es
difícil determinar con precisión ni de donde procedí-
an, ni los territorios exactos de su imperio.
Tuvieron dos épocas de esplendor: la del Reino An-
Erase una vez….
Los hititas”
Esta ciudad capital del reino hitita, se manifiesta
una arquitectura ciclópea como se observa
La Puerta de los Leones”.
Hitita (en hebreo, hittim), antiguo pueblo de Asia
Menor y Oriente Próximo, que habitó la tierra de Hatti
en la meseta central de lo que actualmente es Anatolia
(
Turquía)
P
de Rebotica
LIEGOS
25
RELATOS
M. García Piñuela