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retendo a través de estas líneas poner de
manifiesto la situación de la Farmacia en el Cádiz de
1812
y dar una idea de lo que era la ciudad en aquel
año de la Constitución.
Según Fernando de los Ríos, el momento más
importante de la historia española no fue el
Descubrimiento de América sino el de las Cortes de
Cádiz. Fue sin duda un momento fascinante con una
Carta Magna absolutamente utópica, abstracta a la vez
que minuciosa que conjugaba en sí la doctrina ilustrada
y las tradiciones españolas.
Hay muchos mitos que desmontar como aquél de
que el grito de ¡Viva la Pepa! jamás lo pronunció el
pueblo de Cádiz en 1812 sino que correspondía a
una expresión clandestina y aparece años más tarde.
A la Constitución se le llama “La Niña” y mientras
los serviles absolutistas proclamaban el “viva las
caenas”, los liberales en alusión a la libertad
hablaban de la “Pepa”.
Hablar de la Farmacia en la Guerra de la
Independencia en Cádiz, necesariamente significa
hablar del Cuerpo de Sanidad de la Armada. Evocar
esta época, es poner de manifiesto errores y
deficiencias, pero al mismo tiempo es tropezarse con
héroes y personas que se comportaron con dignidad y
decencia, el noble pueblo español, actuando frente a las
tragedias y demostrando una ejemplaridad muy
superior a la de sus gobernantes. En 1748 se funda el
Real Colegio de Cirujanos de la Armada en Cádiz, obra
de Virgili y Lacomba. Como estímulo para los
estudiantes aventajados, se realizaba cada año un
examen, siendo ascendido al empleo de Cirujano de
Primera el colegial que hubiera obtenido la mejor nota,
y a Cirujano de Segunda o Practicante Mayor, el
segundo. Por otra parte en 1771 se les concedió el uso
de uniforme y posteriormente el tratamiento de “Don”.
El sistema pedagógico del colegio gaditano, fue
renovador en cuanto a que introdujo novedades en los
sistemas de enseñanza existentes, modificaciones
prácticas importantes en las que existía un
Demostrador Anatómico y la teoría se alternaba con la
práctica a la cabecera del enfermo, en las salas del
Hospital Real o en la disección practicada en el
Anfiteatro Anatómico.
El Jardín Botánico permitía a los alumnos guiados
por el Boticario Inspector de Medicinas el
conocimiento de las plantas medicinales, así como el
aprendizaje de la preparación de los medicamentos
“
para que
concurriendo los
colegiales les
explique los simples
que entren, el modo
de hacer la
dispensación, las
dosis, y las virtudes”.
Tenemos que
significar que desde
la creación del
Hospital Real de
Cádiz en 1669 se
incluye en su
plantilla un Boticario
Inspector de Medicinas que perdurará en el Real
Colegio.
Desde la creación del Colegio gaditano, la
Farmacia está presente en el mismo con la labor
continuada del Boticario Inspector de Medicinas del
Hospital Real, que perteneció al cuadro de profesores
del centro docente, desligado de la dependencia y
sumisión de los Asentistas, ya que pertenecía a la
Administración Militar, figurando en el estado General
de la Armada y cobrando su sueldo del erario público.
En Cádiz en 1812 se sigue con la formación de los
futuros cirujanos navales, aunque se producen casos de
indisciplina e insumisión por parte de ciertos
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de Rebotica
LIEGOS
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El Real Colegio
de Cirugía de la Armada
en la
guerra de la independencia
anécdotas, vicisitudes y hechos importantes
Fernando Paredes Salido
En 1711 un Cirujano Mayor de la Armada, de origen francés,
Jean La Combe o Juan Lacomba, es destinado a Cádiz y es
también nombrado director del Hospital Real de Cádiz,
encomendado a la Marina.
Pedro Virgili