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« Previous Page Table of Contents Next Page »siempre estuvo disponible como redactor para cuanto se le pidiera: AEFLA fue, sin duda, su última pasión y como integrantes de ella, no deberíamos formar parte del
mayoritario grupo de los desagradecidos u olvidadizos.
¡Y qué decir del inimitable y fino Casildo Martínez!
Personalmente, colaboro con Pliegos , sin interrupción, desde el año 2000; unas veces con firma y otras de forma prácticamente anónima. Casi cincuenta números en los que siempre ha estado presente el trabajo elegante, documentado y lleno de color de Casildo Martínez, otro socio fundador de AEFLA, al que jamás le gustó figurar y que siempre ofrecía una solución para cualquier polémica o conflicto que pudiera aparecer en la Asociación. Un verdadero maestro, pozo de sabiduría en cualquier faceta del arte de los pinceles, juicioso y prudente; una pérdida irremplazable para todos nosotros.
Acuarelista genial e incisivo, hombre de portentosos conocimientos, nunca quiso distinguirse dando lecciones, aunque él, con su saber hacer y en segundo plano, nos enseñaba con su cascada voz un truco, un secreto, una técnica difícil en cada convocatoria de premios de pintura y en todas y cada una de las exposiciones de cuadros que se han organizado en el seno de la Asociación. Todavía recuerdo su dinamismo y alegría propia de un niño con zapatos nuevos al comentarnos la galería colectiva que AEFLA organizó en Zaragoza para sumarse a la Exposición Universal del 2008 sobre el agua.
Probablemente, Casildo ha llenado con silencio y eficacia más portadas que nadie en Pliegos . Sus acuarelas, plenas de colorido y excelentes en sus matices, han proporcionado muchas soluciones para darle a esta revista el empaque y la solidez necesarias. Casildo Martínez, ha sido una persona ejemplar y constructiva en todas sus actuaciones con AEFLA; una senda que los nuevos veteranos de la Asociación estamos obligados a proseguir por mucho tiempo.
Ahora, a su estilo, como casi siempre, se nos ha marchado y deja un hueco imposible de llenar. En pocos números, habrá una nueva sección en esta revista. Se llamará Arte, o Pintura como en los orígenes, pero es imposible que contenga los cánones de seriedad, rigor y amenidad que desgranó siempre esta figura realmente legendaria
de este grupo de boticarios atento a las propuestas artísticas de nuestro entorno profesional.
Se nos va el año 2011 con un cupo de lágrimas bien gastado. Las generaciones que han continuado el esfuerzo de aquellos primeros visionarios que, sin apenas medios, pusieron en marcha AEFLA tenemos que continuar el inmenso trabajo de gentes como Enrique y Casildo. Ellos se han ido a charlar con Juan Manuel, con los dos Pedros, con Nicolás; a disfrutar de viajes intergalácticos sin pasaje, a discutir incluso por los matices y luces de los atardeceres, a vivir para siempre y de otra forma; charlando con los más lejanos Carlos, Federico, Rafael, José Luís, Ginés…
Después de tanto tiempo y tantos sueños cumplidos, AEFLA no puede ni debe olvidar a sus leyendas, a los personajes que la hicieron posible y que, muchas veces, renunciando a todo protagonismo edificaron esta casa que nos reúne y acoge para dar cabida a esas inquietudes que nos permiten escapar del trabajo cotidiano, de la presión externa o de los hachazos que, también a los farmacéuticos, viene asestando esta interminable crisis.
Hoy vivimos en una sociedad que todo lo manipula, hasta la terminología. No importa demasiado si las ideas se mantienen con cierta claridad.
Por eso y por simple justicia, rindo en este cierre del año 2011 mi personal y pequeño homenaje a los legendarios de AEFLA, ese grupo escogido, selecto y animoso al que acaban de incorporarse Enrique y Casildo. Gracias a todos por haber hecho posible este pequeño milagro ■
P
de Rebotica de Rebotica
LIEGOS LIEGOS 49
La ciudad de la playa
Rio de montaña
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