PLANTAS MEDICINALES 433 Ginseng Rh1, molécula considerablemente más pequeña que Rb1 o Rb2, muestra actividad antiinflamatoria al suprimir la expresión de COX-2 e iNOX. Por otro lado, los ginsenósidos Re y Rp1 suprimen la vía de señalización de NFκB, mientras que Rc inhibe la expresión de citocinas derivadas de macrófagos. Rh2 también muestra actividad antiinflamatoria en células microgliales y astrogliales, mientras que el ginsenósido Rp1, uno de los menos estudiados hasta el momento, ha demostrado capacidad para reducir la expresión de IL-1β, COX-2 e iNOS suprimiendo la actividad de NF-κB in vitro. Finalmente, cabe mencionar que componentes no saponínicos, como la gintonina (complejo formado por carbohidratos, proteínas y lípidos) atenúa la neuroinflamación asociada a enfermedades como el Alzheimer al inhibir la formación de ROS y reducir la producción de citocinas en el cerebro. Esta glicolipoproteína desempeña un papel importante en la proliferación y migración de células en el desarrollo vascular. ACTIVIDAD FRENTE A ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES Diversos estudios han revelado que los ginsenósidos tienen un efecto protector sobre diversas enfermedades de disfunción cardiaca, como la insuficiencia, fibrosis e hipertrofia cardiaca y también sobre la apoptosis de los cardiomiocitos, actividad que se ejerce, entre otros mecanismos, a través de la estimulación de óxido nítrico e inhibición de la producción de ROS, mejorando la circulación sanguínea y ayudando a mejorar los perfiles lipídicos. En el sistema cardiovascular, los iones de calcio (Ca 2+) juegan un papel fundamental en la regulación de la contracción y la señalización intracelular, siendo vitales para la función cardiaca. Los ginsenósidos aislados también pueden inhibir la entrada de Ca 2+ y, por lo tanto, mejorar las funciones del corazón. Mediante estudios in vivo se ha comprobado que el ginsenósido Rb1 puede inhibir la hipertrofia cardiaca en un modelo de rata. Otros trabajos han probado que P. ginseng ayuda a mejorar la circulación sanguínea y puede aumentar los niveles de óxido nítrico en las células endoteliales vasculares, lo que contribuye a disminuir la presión arterial. El pretratamiento con notoginsenósido R1 atenúa la producción de citocinas inflamatorias miocárdicas inducidas por lipopolisacárido (LPS), el desequilibrio entre iNOS/eNOS, y la activación de NF-κB, mejorando la disfunción miocárdica por mecanismos que involucran la activación de las vías de señalización PI3K/Akt. R1 protege también de la lesión inducida por la privación de oxígeno y glucosa mediante la regulación al alza de microARN (miR-21) en los cardiomiocitos. También el ginsenósido Rb3 tiene un efecto cardioprotector a través de la inhibición de la apoptosis y la regulación positiva del metabolismo energético, especialmente la oxidación de ácidos grasos mediante la activación de la vía PPARα. Investigaciones in vivo han puesto de manifiesto que, tanto el extracto butanólico como la fracción saponínica obtenidos de P. notoginseng, regulan los niveles de colesterol total, triglicéridos y colesterol-lipoproteínas de baja densidad (LDL-C). Algunos componentes del ginseng también poseen propiedades anticoagulantes. Así, tanto ensayos in vitro como in vivo han evidenciado que los ginsenósidos Rg1 y Rg3 inhiben la agregación plaquetaria al regular a la baja la unión de fibrinógeno potenciada por trombina y la expresión de P-selectina a través de elementos de señalización como cAMP y ERK2. A nivel cerebrovascular, las evidencias acumuladas pueden explicar el papel de los ginsenósidos en los procesos de recuperación de accidentes cerebrovasculares, actuando sobre diversos factores como la mejora del flujo sanguíneo cerebral, la promoción de la angiogénesis cerebral, la supresión de la inflamación y la supresión del daño oxidativo. ACTIVIDAD ANTICANCERÍGENA El aumento de la esperanza de vida y el estilo de vida moderno han provocado un incremento en el diagnóstico del cáncer, como grupo de enfermedades más que como una entidad singular, en las sociedades occidentales. Diversos componentes del ginseng, incluidos los ginsenósidos, los polisacáridos y algunos alcaloides han evidenciado actividad en distintas fases del desarrollo del cáncer, entre ellas, el crecimiento, la proliferación y la viabilidad celular, así como en los procesos de angiogénesis y la estimulación de la muerte celular apoptótica. Muchos estudios preclínicos han demostrado que P. ginseng inhibe el crecimiento de líneas celulares cancerígenas a través de varios mecanismos, incluidos la inhibición de la angiogénesis. En relación con el ginseng americano (P. quinquefolius), estudios realizados con el extracto mostraron que el mismo inhibe el crecimiento en líneas celulares de cáncer colorrectal, observándose un efecto coadyuvante al administrarlo con 5-fluorouracilo (5-FU), permitiendo reducir la dosis de este agente antitumoral. En otro estudio el extracto de ginseng americano inhibió la proliferación en líneas celulares de cáncer de mama mediante la inhibición de la MAP cinasa y en estudios realizados sobre cultivos celulares de cáncer de mama con receptores de estrógenos positivos, el ginseng americano inhibió el crecimiento celular mostrando un efecto sinérgico con metotrexato, ciclofosfamida, doxorrubicina y 5-FU. El mismo extracto de ginseng americano ha exhibido actividad, en líneas celulares de cáncer colorrectal, al inducir daños mitocondriales y desencadenar la muerte celular. En cuanto a la actividad anticancerígena de los ginsenósidos aislados, un factor importante a tener en cuenta
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