REVISIÓN 306 Cáncer de colon: terapéutica actual HISTORIA PERSONAL O FAMILIAR Los antecedentes personales de CCR suponen un riesgo de padecer un segundo tumor incrementado en un 1,53% durante los 5 primeros años tras la cirugía. Las personas que presentan pólipos adenomatosos de tamaño superior a 1 cm con displasia de alto grado también presentan un mayor riesgo de padecer la enfermedad, por lo que en estas personas está especialmente recomendado el seguimiento y la realización habitual de un test de cribado (Figura 3). Además, los antecedentes familiares de CCR, aun sin diagnóstico de un síndrome genético, pueden hacer que la probabilidad de padecer un CCR sea del doble respecto a la población general en el caso de tener un familiar de primer grado afectado. En el caso de que en una misma familia haya más de dos familiares de primer grado afectados, el riesgo se ve incrementado en mayor medida y el pronóstico empeora cuando el diagnóstico se produce en pacientes menores de 50 años. CONDICIONES DE SALUD DEL PACIENTE La enfermedad inflamatoria intestinal (EII), especialmente la colitis ulcerosa, es un factor de riesgo bien identificado de desarrollo de neoplasias de colon. En los casos en que la enfermedad es extensa (pancolitis), el riesgo puede ser de entre 5 y 15 veces superior respecto a la población general, mientras que cuando la afectación tiene lugar a nivel de colon izquierdo el riesgo es unas 3 veces superior. Para la enfermedad de Crohn se dispone de menos datos, pero en caso de pancolitis parece que el aumento del riesgo es similar al de la colitis ulcerosa. El tratamiento específico de estas enfermedades permite controlar la inflamación y puede reducir el riesgo de desarrollo de tumores. La acromegalia, la inmunosupresión a largo plazo tras trasplante renal, el uso de terapias de deprivación androgénica y la colecistectomía también se han descrito como factores asociados a un mayor riesgo de padecer la enfermedad. FACTORES AMBIENTALES Y SOCIALES Numerosos factores relacionados con el estilo de vida y con condicionantes sociales se han relacionado con un incremento del riesgo de padecer CCR. Entre ellos destacan el consumo de alcohol, que es un conocido carcinógeno; el hábito tabáquico; el sedentarismo; o una dieta baja en fibra o rica en carnes rojas y grasas de origen animal. La obesidad se relaciona también con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Aunque en ocasiones se ha intentado establecer un vínculo entre la obesidad y determinados subtipos de CCR, en un reciente estudio de casos y controles (N= 22 885) se encontró que los pacientes obesos, con un IMC (índice de masa corporal) superior a 30 kg/m2, presentaban un riesgo más alto de padecer cualquier tipo de CCR frente a aquellos que tenían un peso considerado normal de acuerdo a su IMC (18,5-25), con una OR de 1,47 (IC95%: 1,36-1,59; p< 0,001), o sea, una probabilidad un 47% mayor, pero sin un vínculo claro entre la obesidad y un subtipo concreto de la enfermedad (Murphy et al., 2023). Factores de índole socioeconómica como la pobreza, un bajo nivel educativo, el hecho de ser inmigrante, la carencia de redes de apoyo social y el aislamiento social se han asociado tanto a una mayor incidencia de CCR como a una menor tasa de supervivencia. En una revisión sistemática Figura 3. Estrategia de cribado del cáncer colorrectal (CCR) familiar. PAF: poliposis adenomatosa familar; CCHNP: cáncer colorrectal hereditario no asociado a poliposis. SOH: sangre oculta en heces. Tomada de (Bessa et al., 2011).
RkJQdWJsaXNoZXIy MTEwMTU=