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31 REVISIÓN Acné: causas y tratamiento pauta de antibióticos tanto tópicos como orales (Tabla 3). TRATAMIENTO TÓPICO En todos los pacientes con acné debe pautarse tratamiento tópico, bien en monoterapia (acné leve) o asociado a tratamiento sistémico (acné moderado o grave). Además, en aquellos pacientes que hayan requerido terapia sistémica, posteriormente deberán aplicarse retinoides tópicos de mantenimiento. Es importante explicar al paciente que el tratamiento tópico debe aplicarse tanto en las lesiones como en las zonas susceptibles de presentarlas, para de esta forma evitar su aparición. Retinoides tópicos Son derivados de la vitamina A. Constituyen el tratamiento de primera línea en el abordaje terapéutico del acné, siendo eficaces tanto en el acné inflamatorio como en el no inflamatorio. Presentan propiedades anticomedogénicas, comedolíticas, antiinflamatorias y ayudan a la absorción de otros fármacos, como los antimicrobianos tópicos (Tibaduiza, 2022). Entre los retinoides tópicos comercializados para el tratamiento del acné se incluyen: ácido retinoico, adapaleno, tretinoína y trifaroteno. Es importante recordar que la tretinoína no debe administrarse de forma concomitante con el peróxido de benzoílo puesto que se inactiva. Los retinoides tópicos pueden ser usados en monoterapia (acné comedoniano) o asociados a otros tratamientos (acné leve-moderado pápulo-pustuloso), logrando disminuir los comedones y las lesiones inflamatorias hasta en un 40-70% (Haider et al., 2004). Además, son recomendados para prevenir recurrencias, como tratamiento de mantenimiento. Existen varias formas de presentación con diferentes concentraciones (se trata de un fármaco dosis-dependiente). Para favorecer la adhesión al tratamiento se recomienda comenzar con tiempos de aplicación cortos o bajas concentraciones e ir aumentando progresivamente según la tolerancia del paciente. Los principales efectos secundarios son cutáneos (sequedad, descamación, irritación, eritema, prurito, etc.), apareciendo principalmente al inicio del tratamiento, disminuyendo progresivamente. Se debe tener en cuenta que hasta en un 20% de los pacientes, de forma transitoria, las lesiones inflamatorias pueden empeorar al inicio del tratamiento. Son fármacos fotosensibles (principalmente la tretinoína). Los retinoides son teratogénicos, por lo que no deben usarse durante el embarazo. Peróxido de benzoílo Es un agente con propiedades bactericidas frente a C. acnes. También presenta actividad anticomedogénica, antiinflamatoria, queratolítica y cicatrizante (Tercedor Sánchez, 2019). No se han descrito resistencias microbianas al fármaco. Existen diferentes formas de presentación en función de las concentraciones (desde el 2,5% al 10%) y las formas galénicas (limpiadores, geles, cremas), así como en monoterapia o asociados a otros principios activos (clindamicina o adapaleno). Concentraciones bajas (2,5-5%) han probado una similar eficacia frente a concentraciones más altas (10%), siendo además mejor toleradas. La tolerancia a este principio activo aumenta si se aplica inmediatamente después de lavar la zona a tratar o minutos después (Tercedor Sánchez, 2019). Tras comenzar el tratamiento puede observarse un ligero empeoramiento de la clínica, apareciendo mejoría a las 3 semanas. Entre los efectos secundarios más frecuentes se encuentran: irritación y descamación cutánea (dosis-dependiente), decoloración de la ropa y del pelo oscuro. Este fármaco puede ser utilizado durante el embarazo y la lactancia de forma segura. Ácido azelaico Este ácido presenta actividad bacteriostática frente al C. acnes y propiedades anticomedogénicas y antiinflamatorias (menor evidencia científica respecto al peróxido de benzoílo). Se encuentra comercializado en crema (20%) y en gel (15%). Entre los efectos secundarios que produce, menos frecuentes que el peróxido de benzoílo, se encuentran irritación cutánea, prurito, quemazón y seque- • No utilizar antibióticos como tratamiento de primera línea. • No utilizar en monoterapia. • Deben administrarse asociado a peróxido de benzoílo y/o retinoides tópicos. • No utilizar como tratamiento de mantenimiento. • No asociar antibióticos tópicos y orales. • No usar un tiempo superior a 3-4 meses. • Evaluar la respuesta al tratamiento (4-8 semanas) y valorar su continuación. • Cuando finalice el tratamiento antibiótico, mantener el tratamiento tópico con peróxido de benzoílo y/o retinoides. • Si fuese necesario reiniciar el tratamiento antibiótico (recaídas), utilizar el mismo. • Considerar su utilización de forma individualizada, valorando riesgo/beneficio en cada caso. • Tener en cuenta los patrones de resistencia locales. Tabla 3. Recomendaciones para disminuir el número de resistencias con el tratamiento de antibióticos (por vía oral o tópica) en acné. Tomada de (Tercedor, 2019).

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