29 REVISIÓN Acné: causas y tratamiento nes adultos con edades comprendidas entre 18 y 30 años. Normalmente se inicia en forma grave de novo (aunque en ocasiones el cuadro es precedido por acné papulopustuloso o cursa con lesiones simultáneas de acné vulgar), con una extensión de las lesiones de la cara a cuello, tronco, hombros, nalgas y raíz de los miembros (no se limita exclusivamente a zonas con mayor concentración de glándulas sebáceas). El cuadro clínico se caracteriza por la aparición de comedones (la mayoría de ellos con varias aberturas), pápulas, pápulo-pústulas, nódulos y quistes. Estas lesiones en más de un 25% de los casos pueden evolucionar hacia formas muy inflamatorias, caracterizadas por dolor intenso, con tendencia a la supuración. La confluencia de las diferentes lesiones conlleva la formación de abscesos de contenido purulento o serohemático pudiendo crear tractos fistulosos múltiples (Gutiérrez, 2013). Se trata de una patología que en la mayoría de los casos produce lesiones residuales, concretamente cicatrices (induradas, deprimidas o retráctiles) lo que repercute en la calidad de vida de los pacientes. La asociación de pioderma gangrenoso, artritis aséptica y destructiva de inicio en la infancia, y acné conglobata desde la adolescencia se conoce como síndrome PAPA (artritis piógena, pioderma gangrenoso, acné), un síndrome hereditario autoinflamatorio (Lindor et al., 1997). ACNÉ FULMINANS O FULMINANTE Es la forma más grave del acné y se caracteriza por una presentación clínica aguda, severa e infrecuente. Afecta principalmente a adolescentes de sexo masculino con edades comprendidas entre los 13 y los 16 años. Puede aparecer espontáneamente o ser inducido por la isotretinoína (Gutiérrez, 2013). Clínicamente destaca la aparición brusca de lesiones pustulosas y tractos fistulosos que pueden evolucionar a úlceras necróticas dolorosas con secreción purulenta (Figura 3). Estas lesiones pueden dar lugar a la aparición de costras hemorrágicas, así como a cicatrices residuales severas. La presencia de comedones, pápulo-pustulas o quistes no es común (Azaña Defez et al., 2021). Las lesiones se localizan generalmente en tórax, hombros y dos tercios superiores de la espalda, siendo la localización facial menos severa. Estas lesiones inflamatorias suelen asociarse a afectación sistémica: hipertermia, dolores articulares y musculares, astenia, anorexia, pérdida de peso, adenopatías, etc. De entre las diferentes manifestaciones clínicas señaladas destaca, dada su frecuencia y relevancia, la afectación osteomuscular (Kaminsky et al., 2015). Como manifestación analítica suele aparecer leucocitosis y aumento de reactantes de fase aguda. La etiología de este cuadro clínico actualmente es desconocida. Se hipotetiza (Le Moigne et al., 2017) que puede ser resultado de una reacción autoinmunitaria, de terapias con testosterona, con determinados antibióticos (como las tetraciclinas) o con isotretinoína, de origen infeccioso, etc. Figura 2. Acné conglobata. Tomada de (Le Moigne et al., 2017). Figura 3. Acné fulminante. Tomada de (Le Moigne et al., 2017). Según la edad de presentación Según la lesión predominante Según el grado de severidad Formas especiales acné Tabla 1. Clasificación del acné. Neonatal (0-30 días) Del lactante (1-24 meses) Infantil (2-7 años) Preadolescente (8-11 años) Adolescente (11- 25 años) Del adulto (> 25 años) Comedogénico Pápulo-pustuloso Nódulo-quístico Leve (< 20 lesiones en hemicara) Moderado (entre 20 y 50 lesiones en hemicara) Severo (> 50 lesiones en hemicara) Acné conglobata Acné fulminante
RkJQdWJsaXNoZXIy MTEwMTU=