PAM460

REVISIÓN 22 Nuevos medicamentos en 2022 ha desarrollado un estudio específico (N= 70) abierto, no controlado y de fase 2, en el que la supervivencia global a los 12 meses fue del 91,4%. Durante este periodo de seguimiento se produjeron 7 fallecimientos, confirmándose que la MRT a los 12 meses fue de solo el 2,9%. Los eventos adversos más frecuentemente observados fueron similares en adultos y población pediátrica, principalmente eventos gastrointestinales como mucositis oral, náuseas o vómitos y también un aumento en las infecciones, elemento que constituyó la principal reacción adversa grave. No obstante, la frecuencia y gravedad observadas en los eventos adversos fue superior en la población adulta. Dado el perfil más favorable de seguridad respecto al acondicionamiento con busulfano, así como una eficacia en la supervivencia libre de enfermedad que se ha demostrado no inferior, se puede considerar que treosulfano, a pesar de tratarse de una modificación químicamente sencilla de busulfano y carecer de un mecanismo de acción novedoso, aporta una mejora notable al pronóstico de ciertas neoplasias hematológicas para las que el TPH representa la única opción curativa y en las que, hasta la fecha, las posibilidades de recurrir a este tratamiento se han visto seriamente limitadas por su elevada toxicidad. Así, el nuevo fármaco abre una oportunidad para ampliar este tratamiento a un mayor número de pacientes y a otras enfermedades en las que, hasta ahora, el balance beneficio/riesgo se había considerado desfavorable. MACROGLOBULINEMIA DE WALDESTRÖM ZANUBRUTINIB ▼BRUKINSA® (Beigene) PAM 459 Zanubrutinib es un nuevo inhibidor de tirosina cinasa de Bruton (BTK) de segunda generación que, como ibrutinib, se une a esta de forma irreversible en el sitio unión del ATP. La BTK es una molécula de señalización del receptor antigénico de linfocitos B y las vías receptoras de citocinas, cuya activación conduce a la fosforilación de la fosfolipasa PLCγ2, activando de este modo factores de transcripción necesarios para la proliferación, la quimiotaxis y la adhesión de las células B. Se comprende, por tanto, que su inhibición por zanubrutinib tenga efectos antiproliferativos en esta estirpe celular. El medicamento ha sido autorizado para su uso en monoterapia para el tratamiento por vía oral de pacientes adultos con macroglobulinemia de Waldenström (MW) que han recibido al menos una terapia previa o como tratamiento de primera línea en pacientes que no son aptos para quimioinmunoterapia. Su eficacia y seguridad de zanubrutinib se han evaluado adecuadamente en un único estudio pivotal con pacientes con MW, de fase 3, aleatorizado, abierto, controlado por ibrutinib y multicéntrico. El estudio se compuso de dos cohortes, una compuesta por pacientes con mutación en el gen MYD88 (n= 201) que fueron asignados (1:1) a zanubrutinib o ibrutinib, y una segunda cohorte compuesta de un único brazo de pacientes sin mutación en MYD88 o estado mutacional desconocido (n= 28). Ningún paciente alcanzó la respuesta completa en ninguno de los brazos de tratamiento. En la primera cohorte, un número mayor de pacientes consiguió una muy buena respuesta parcial con zanubrutinib que con ibrutinib (28% vs. 19%), tanto entre pacientes naïve como entre los que estaban en recaída/refractariedad tras un tratamiento previo, pero la diferencia no resultó estadísticamente significativa (p= 0,1160). Si bien el resto de variables se consideraron descriptivas, es destacable que el tiempo hasta alcanzar MBRP fue menor con zanubrutinib que con ibrutinib (5,5 vs. 22,1 meses) en pacientes sin tratamiento previo, pero esa diferencia se redujo considerablemente en pacientes en recaída o refractariedad (6,6 vs. 7,9 meses), manteniendo zanubrutinib una ligera ventaja. No se vieron diferencias significativas en términos de supervivencia por no haberse alcanzado las medianas de SLP ni de SG. Por otra parte, el perfil de seguridad de zanubrutinib parece similar e incluso ligeramente más favorable que el de ibrutinib, con menor incidencia de algunos de sus eventos adversos característicos (fibrilación auricular, diarrea e hipertensión). Se caracteriza por una baja proporción de pacientes que suspenden el tratamiento por eventos adversos (4% vs. 9% con ibrutinib). La reacción adversa más frecuente con el uso de zanubrutinib fue la neutropenia (24% vs. 12% con ibrutinib), pero no se observaron diferencias en cuanto a la incidencia de infecciones entre los brazos de tratamiento. A pesar de que zanubrutinib no incorpora un mecanismo de acción novedoso, parece que su especificidad por la inhibición de BTK es mayor que la de ibrutinib, lo que puede relacionarse con un perfil de seguridad algo más favorable. El nuevo fármaco se incorpora al arsenal terapéutico de la MW como una opción más cuya utilidad es similar a la del ya aprobado y comercializado ibrutinib, aunque puede representar una alternativa de tratamiento para algunos pacientes en los que ciertas reacciones adversas a éste, como las cardiovasculares, desaconsejen su empleo. No parece que vaya a modificar sustancialmente la terapéutica de la enfermedad. Zanubrutinib

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