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PLANTAS MEDICINALES 139 Potencial terapéutico de Curcuma longa y su principal componente activo, curcumina Polinesia y Tailandia, así como en la preparación de salsas en Occidente. La cúrcuma también se utiliza para dar sabor y color al arroz, la pasta, los platos de carne y verduras y las ensaladas. El principal componente activo del rizoma es la curcumina, sustancia polifenólica lipofílica de color amarillo anaranjado, que se encuentra en una proporción que varía entre el 2 y el 5 %. Contiene, además, otros compuestos del grupo (curcuminoides) como la demetoxicurcumina y bisdemetoxicurcumina. El aroma de la cúrcuma se debe a su contenido en sesquiterpenos, característicos de la especie, entre ellos, (S)-ar -turmerona, zingibereno y α y β-turmerona. Su proporción y la presencia de una amplia gama de otros compuestos volátiles (p. ej., monoterpenos) afectan el aroma cuando se usa como condimento alimentario. La curcumina fue de nida hace aproximadamente 200 años por Vogel y Pelletier como “sustancia que da el color amarillo”. En 1842 fue aislada pura. A mediados de 1900, se afirmó que la curcumina era un componente biológicamente activo, con propiedades antibacterianas y, en esa línea, eficaz frente a Staphylococcus aureus, Salmonella paratyphi, Mycobacterium tuberculosis y Trichophyton gypseum. En 1953, por análisis comatográfico, se determinó la existencia de otros componentes en su composición química, además de la curcumina, denominados curcuminoides. Los componentes fenólicos de la cúrcuma presentan interés científico como potenciales agentes terapéuticos. Los estudios llevados a cabo sobre la curcumina han permitido determinar que, como compuesto polifenólico que es, presenta efectos beneficiosos sobre la salud debido a sus propiedades antioxidantes, antimicrobianas, antiin amatorias, antiangiogénicas, antimutagénicas y antiagregantes plaquetarias, lo que le confiere un potencial efecto protector o preventivo frente a enfermedades como el cáncer, las enfermedades autoinmunes, trastornos neurológicos, metabólicos, pulmonares, hepáticos y cardiovasculares. Estas actividades se deben a mecanismos que incluyen la inhibición de la expresión de enzimas como iNOS (óxido nítrico sintasa inducible), COX2 (ciclooxigenasa-2), LOX-5 (lipoxigenasa-5) y muchas otras citocinas proinflamatorias, como TNF-α, IL-1, IL-6 e IL-8. Además, se ha descrito que los curcuminoides pueden regular la apoptosis y suprimir factores neurotóxicos en macrófagos y monocitos alveolares estimulados por lipopolisacáridos; inhiben la fosforilación y degradación de IκBα (factor nuclear del potenciador del gen del polipéptido ligero kappa en el inhibidor de células B, alfa) y activan el mecanismo del receptor γ activado por el proliferador de peroxisomas (PPARγ), reduciendo por estos mecanismos el patrón de inflamación inducido por la vía NF-κB. Los estudios clínicos realizados también han permitido determinar que la curcumina es segura y eficaz. La Food and Drug Administration (FDA) con rmó que la curcumina es un compuesto “generalmente reconocido como seguro”. COMPOSICIÓN QUÍMICA Las propiedades biológicas de la cúrcuma se atribuyen a la presencia de metabolitos secundarios, concretamente compuestos fenólicos y aceite esencial, con sesquiterpenos monocíclicos. En relación con los compuestos fenólicos se trata de polifenoles del grupo de los curcuminoides, compuestos relacionados con el diarilheptano que se encuentran en cantidad variable, entre el 2% y el 5%, pero que pueden alcanzar hasta el 9 % de su composición química. Los curcuminoides (Figura 2) incluyen: Figura 1. Imagen de la planta (izquierda) y del rizoma (derecha) de Curcuma longa. Figura 2. Estructuras químicas de los principales curcuminoides.

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