PAM460

REVISIÓN 12 Nuevos medicamentos en 2022 se trata de un fármaco bien tolerado cuyo perfil toxicológico, similar en adultos y en niños, se caracteriza por la incidencia de eventos adversos (42% vs. 8% con placebo) leves-moderados que no conllevan una tasa reseñable de interrupciones: las reacciones adversas más frecuentes son las del sitio de inyección (25%, sobre todo eritema, dolor y prurito transitorios) y el dolor abdominal (15%). Bien es cierto que la eficacia de lumasirán, que es rápida y parece mantenerse en tratamientos de al menos 1 año, se ha evaluado a través de variables bioquímicas intermedias; no se tienen datos de variables de mayor relevancia clínica –calidad de vida o mortalidad, por ejemplo– o en pacientes con enfermedad renal grave, pero es bastante plausible que tales resultados se correlacionen con una reducción de los depósitos extrarrenales de oxalato y menor incidencia de comorbilidades asociadas a HP-1, e incluso que se traduzcan en una reducción de la progresión de la patología. Pero por ahora no se ha observado un beneficio a nivel de eventos renales ni de la funcionalidad renal, probablemente debido al pequeño tamaño muestral y los cortos periodos de seguimiento. En ausencia de datos a largo plazo y de comparaciones directas o indirectas entre lumasirán y las otras opciones usadas en práctica clínica (hiperhidratación, inhibidores de la cristalización o piridoxina), no se puede concluir sobre su superioridad, pero es evidente que el nuevo fármaco inaugura una vía terapéutica en una indicación para la que no se disponía de tratamientos farmacológicos aprobados en la UE y puede cambiar en un futuro la terapéutica estándar de forma notable. No representa una cura, pero permite combatir las manifestaciones clínicas de la HP-1 debidas a la acumulación de oxalato, posicionándose como una alternativa terapéutica en aquellos pacientes sin antecedentes de trasplante y con enfermedad renal leve o moderada que no responden a las opciones de tratamiento estándar. La evidencia es aún escasa, y habrá que esperar a los procedentes de los ensayos en marcha para definir mejor su balance beneficio-riesgo a largo plazo. ENFERMEDAD DE WILSON TRIENTINA ▼CUPRIOR® (Orphalan) PAM 452 La trientina es un quelante selectivo del cobre que potencia la eliminación sistémica del cobre divalente libre al formar con él un complejo estable fácilmente excretado por orina; además, puede quelar el cobre en el intestino e inhibir su absorción. Esa acción dual resultará en niveles sistémicos estables o reducidos de cobre libre y permitirá controlar las complicaciones multiorgánicas debidas al exceso patológico de este metal. El nuevo medicamento ha sido autorizado para el tratamiento por vía oral de la enfermedad de Wilson (EW) en adultos, adolescentes y niños de ≥ 5 años de edad que no toleran el tratamiento con D-penicilamina. El fármaco se ha usado, en distintas formas, durante > 30 años para tratar la EW, por lo que a pesar de que es nuevo principio activo en España no dispone de IPT. La autorización del medicamento con la sal tetrahidrocloruro se ha sustentado en un dossier basado en una revisión bibliográfica de las propiedades fármaco-toxicológicas de la trientina. Así, la extrapolación de los datos farmacocinéticos respecto a trientina dihidrocloruro (disponible en países como Reino Unido) se basó en un ensayo comparativo que permitió concluir que la principal diferencia es que la sal tetrahidrocloruro “libera” más cantidad de fármaco activo, lo cual puede contrarrestarse con un simple ajuste de dosis y la medición de los niveles orgánicos de cobre. La eficacia y seguridad clínicas se extrapolaron a partir de los resultados de un estudio de cohortes retrospectivo (estudio Lariboisière), que comparó el uso de ambas sales en 43 pacientes con EW en programas de uso compasivo de un solo hospital. Los síntomas hepáticos mejoraron en el 23% de los tratamientos con trientina tetrahidrocloruro y en el 30% de aquellos con la sal dihidrocloruro, y los síntomas neurológicos, en el 31% y el 27%, respectivamente. En general, ambos tratamientos indujeron desde el inicio una mejora en los niveles séricos de transaminasas hepáticas y una estabilización o reducción de los de cobre libre en sangre y orina, sin diferencias significativas entre las dos sales de trientina. Ninguno de los pacientes que recibió el fármaco presentó eventos adversos relacionados con el tratamiento, ni hubo muertes asociadas. Se acepta que el fármaco tiene un perfil toxicológico benigno, en el que la reacción adversa más frecuente será la aparición de náuseas al principio del tratamiento; también pueden surgir algunas reacciones adversas cutáneas (erupción, prurito) o casos de deterioro neurológico inicial. Cualitativamente, sobresale el riesgo de posibles casos graves de anemia ferropénica y de colitis. De igual modo, habrá que valorar cuidadosamente el beneficio-riesgo en embarazadas y lactantes, y tener presente su potencial de interaccionar con alimentos y otros medicamentos en intestino. En definitiva, los datos disponibles sugieren que el tratamiento de la EW con trientina tetrahidrocloruro puede ser mejor tolerado, pero menos eficaz que con penicilamina. Sin novedad relevante en el plano mecanístico respecto a esta, el “nuevo” fármaco ha sido además aprobado en una 2ª línea de tratamiento posterior al uso de penicilamina. Es decir, será relevante para los pacientes que no responden a la 1ª Trientina

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