APUNTES HISTÓRICOS 565 La farmacia del globo 14 González Bueno A, Rodríguez Nozal R. Censo-guía de los laboratorios farmacéuticos activos durante el franquismo (1936-1975). Madrid: Real Academia Nacional de Farmacia. 2018. cuando no se tenía clara la causa de su aparición y se dieron tantos palos de ciego para solventar el problema. Hasta 1953 no tenemos otro específico de esa farmacia. Antes sufrió el mismo destino que la ciudad en donde está enclavada y el barrio al que asiste. La guerra civil de 1936-1939 se ensañó especialmente con la capital y no acabó hasta conseguir su rendición el 1 de abril de 1939. El ahora llamado Barrio de las Letras estaba entre los susceptibles de ser bombardeados por la aviación franquista y, por eso, un obús cayó en una casa colindante con la botica causando enormes daños. El hecho ha quedado consignado en unas fotografías bastante conocidas y famosas (Figura 10). En 1956 comercializó el callicida Globo de la antigua Farmacia del Globo. No se fabricaba en la oficina de Farmacia, sino por el laboratorio Farglo s.l., situado en la madrileña calle de la Rosa, cuyo farmacéutico responsable era A. Terán. Tres años antes, esa empresa había adquirido las instalaciones y registros de la Farmacia-Laboratorio El Globo. La compra la realizó Margarita Pando Tarey14. El callicida estaba compuesto por ácido salicílico, ácido oxipropiónico y colodión elástico especial (Figura 11). Por una receta del año 1970 sé que también vendía los siguientes específicos de preparación propia: Dermatina, para mantener la piel sana y fina; Indolo, estomacal; Vomidrina, para evitar los vómitos del niño lactante; Pulmoleina, antiséptico respiratorio para las enfermedades bronco-pulmonares; Optoleina, en las enfermedades bronco-pulmonares agudas; Panallón, para los sabañones; Crema Globo a la nieve de glicerina para el cuidado de las manos; y Crema Globo a la silicona, para protección de las manos en las tareas domésticas. Uno empezó en estos menesteres como becario durante el año 1975 y, algo más tarde como Profesor Ayudante, los conocidos Profesores No Numerarios (PNN). Pronto don Guillermo Folch, mi maestro, tuvo mucha confianza en mí, encomendándome las más inverosímiles tareas para la buena marcha del entonces Departamento universitario. Folch Jou , además de prestigioso catedrático y museólogo tenía una amplia vida social, mucha de ella entre compañeros farmacéuticos. Uno de sus amigos era Fermín Puyol. No sé si él solo o alguno de los farmacéuticos titulares anteriores, fueron comprando todos los pisos existentes sobre la botica, en uno de los cuales –creo que el tercero– se dice vivió algún tiempo Santiago Ramón y Cajal. Durante Figura 10. Figura 11. el periodo de su propiedad se dedicó mucho a la preparación de fórmulas magistrales y, en el último piso, estableció un bien ordenado almacén en donde fue acumulando muchos de los medicamentos fabricados en España a lo largo de los años. Cuando te recetaban algún remedio anticuado, el sitio en donde encontrarlo era la farmacia del Globo. Allí acudían pacientes no solo de la capital, sino de todo el Estado español. En su momento, por razones personales, decidió venderla y acudió a su amigo Guillermo Folch para que cogiese cuantos medicamentos considerara oportunos con destino al Museo de la Farmacia Hispana. El maestro era un gran museógrafo de
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