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Farmacéuticos 36 Farmacéuticos 37 HABLAMOS CON... María Teresa Vicedo Farmacéutica en Terrateig (Valencia) LA FARMACIA RURAL GARANTIZA UN SERVICIO DE INTERÉS PÚBLICO BÁSICO” La farmacia rural es esencial. Con el objetivo de contribuir a su sostenibilidad, a mejorar la calidad de vida en el medio rural y combatir la despoblación, desde el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF) junto con la Diputación de Valencia se puso en marcha un proyecto de circuitos saludables, en 13 pueblos en riesgo de despoblación, en los que se instalaba cada día una carpa-consulta donde se ofrecían Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales. En concreto, cribado de niveles de glucemia, de presión arterial, de adherencia a la dieta mediterránea y del nivel de creatinina. Este proyecto acaba de ser galardonado en la II edición de los Premios Farmacéuticos y ODS con el primer premio en la categoría social dentro de organizaciones colegiales. Y hablamos de él con su impulsora y protagonista, María Teresa Vicedo, farmacéutica en Terrateig (Valencia). ¿Qué tres claves o titulares destacarías del proyecto impulsado? No me canso de decir que el titular fundamental de este proyecto es “La farmacia rural es esencial”, porque realmente es lo que ha motivado que la iniciativa tomara forma y que, al mismo tiempo, demostrara que efectivamente esa idea tan poderosa es así, es real. Considero además que en esta edición del proyecto una clave importante es la atención sanitaria integral, especialmente en zonas poco pobladas y con cada vez menos servicios. La figura del farmacéutico se convierte en fundamental, porque es el único referente sanitario presente en la población de manera permanente. Por último, destacaría como otro titular “la farmacia rural garantiza un servicio de interés público básico”. Una idea que refuerza todo lo dicho anteriormente y que también alude a la función social del farmacéutico en estas poblaciones, que rebasa la mera atención farmacéutica y llega a asistir en tareas cotidianas. ¿Cómo surgió la idea? La preocupación del MICOF por la situación de la farmacia rural lleva siendo una constante desde hace años. El Colegio era consciente de que la inviabilidad económica de la farmacia rural comenzaba a ser un hecho a corto/medio plazo. Y que las consecuencias de que las poblaciones más aisladas pudieran perder su farmacia podían ser catastróficas. No solo para sus habitantes, su salud y su maltrecha economía, sino también para la profesión. Ante esta situación había que actuar y se pensó en crear un sistema de contraprestación por instaurar servicios profesionales farmacéuticos que permitiera al farmacéutico rural poder mantenerse económicamente, al mismo tiempo que se dignificaba su labor diaria y se le reconocía la esencialidad de su posición en determinados territorios. Se buscó la ayuda de la administración pública y la Diputación de Valencia respondió. Entre ambas instituciones comenzamos a dar valor a la profesión del farmacéutico rural, como profesional sanitario que dispensa medicamentos, pero que también ofrece consejos saludables para mejorar la calidad de vida de la población. Con ello también conseguimos que sus habitantes defendieran la presencia del farmacéutico. La primera edición nos situó en el camino correcto ofreciendo educación sanitaria. La segunda consiguió establecer unos circuitos saludables en los que no solo se daban recomendaciones de salud, sino que también se logró identificar y derivar al consultorio de la población o de la comarca a personas con patologías crónicas que desconocían su condición. En los circuitos saludables realizáis 4 Servicios Profesionales Farmacéuticos principalmente, ¿cómo los recibe el ciudadano? La reacción del ciudadano de poblaciones con pocos recursos y servicios es positiva. Nos recibían con los brazos abiertos y estaban impacientes por conocer su estado de salud y seguir los consejos y las pautas que les marcaban los farmacéuticos que se desplazaron. A lo largo del circuito se instalaron cuatro consultas para realizar los correspondientes cribados, como los niveles de glucemia y presión arterial, medida de los niveles de creatinina sérica y control de la adherencia a la dieta mediterránea. Y en caso de derivación, ¿cómo es la relación con el resto de los profesionales sanitarios? La realidad es que el resto de los profesionales sanitarios son conscientes del rol y de la importancia del farmacéutico en el sistema de salud. Cuando derivamos a un paciente a otro profesional sanitario estamos contribuyendo a la salud del paciente, a su bienestar y a la mejora de su calidad de vida. Si el farmacéutico, que se puede considerar el profesional sanitario más cercano al ciudadano y el primer eslabón de la cadena sanitaria puede solucionar mediante la indicación y el consejo farmacéutico la afección del paciente, esto supone un ahorro de tiempo y dinero para la administración sanitaria, a la par que se evita la saturación de la atención primaria y de las urgencias hospitalarias. Nos ayudamos y colaboramos en mejorar el sistema entre todos. La iniciativa comenzó en junio de 2021, ¿qué resultados y cifras destacarías hasta la fecha? En cuanto a la primera edición de este proyecto se realizaron actividades diferentes de la segunda. La filosofía de la iniciativa se centraba en colaborar con los gastos fijos y de mantenimiento que cualquier farmacia rural pueda tener, así como hacer énfasis en la formación de los farmacéuticos participantes en temas importantes como los primeros auxilios o enfermedades zoonóticas y otros relacionados con la tercera edad, dado el envejecimiento generalizado de la población residente en este tipo de localidades. También se ofreció formación y capacitación en servicios profesionales como revisión del botiquín y cribado de deterioro cognitivo. Respecto a los asistentes a las charlas formativas, asistieron entre 15 y 16 personas, con una media de edad de 65 años, siendo mujeres el 85% de los asistentes. En la segunda edición se introdujeron los circuitos saludables y de ellos sí que pudimos obtener cifras más llamativas en cuanto al impacto del proyecto. Un total de 434 pacientes, de una media de 68 años, recibieron atención farmacéutica. Se detectaron 84 pacientes con valores de glucemia alterados y 192 con valores de presión arterial que no son los establecidos en las guías, así como un total de 88 pacientes con alteraciones en los valores de creatinina. Además, se evaluaron un total de 279 pacientes que sí eran adherentes a la dieta mediterránea. Con esta iniciativa, los farmacéuticos de las distintas poblaciones consiguieron establecer alianzas municipales. Finalmente, en colaboración con el MICOF, se llevó a cabo una encuesta de satisfacción. Los resultados fueron que la atención recibida en las carpas por parte de los farmacéuticos se valoró con un 9,65 y la resolución de dudas obtuvo un 9,46. Además, un 99% de los encuestados consideró que esta iniciativa mejora el bienestar social y que hay que cuidar la farmacia rural. Finalmente, un 94,5% consideró que este proyecto ayuda a combatir la despoblación. Hablando de sostenibilidad es obligado preguntar acerca de la retribución de estos servicios, ¿de dónde proceden los recursos y cómo está planteado? Antes de hablar de retribución de los servicios es importante que el ciudadano entienda la labor del farmacéutico. Porque si no conocen su trabajo diario en toda su extensión podrían no entender que el farmacéutico tenga que cobrar por ofrecer un servicio. Antes tienen que conocer estos servicios y los importantes beneficios que les puede suponer. Y este proyecto también ha contribuido a que los ciudadanos conozcan que el farmacéutico puede ayudarles más allá de dispensar medicamentos. En el caso de esta iniciativa los servicios ofrecidos en los circuitos saludables se sufragaron con la aportación económica ofrecida por sus dos promotores: el propio MICOF y la Diputación de Valencia. En cualquier caso, en el día a día de la farmacia comunitaria, sea rural, urbana o vacacional, el usuario es quien toma la decisión de acceder o no al servicio y, por tanto, si quiere pagar por él o no. Acabáis de resultar ganadores en los II premios de Farmacia y ODS, ¿cómo valoras este reconocimiento? Estamos muy contentos e ilusionados. Sin duda esto nos ayuda a seguir adelante con esta iniciativa. Creo que es muy importante que la profesión reconozca la labor que hemos realizado en este proyecto. El mundo rural ha vivido a espaldas de la sociedad. Todo lo relacionado con lo rural había quedado como escondido, invisible a ojos de la ciudadanía. Esto ha cambiado gracias a este proyecto y a este galardón. También gracias al esfuerzo de mi Colegio, entre otros y, por supuesto, del propio Consejo General por darnos voz y visibilidad en un momento crucial. Por eso los farmacéuticos rurales solo tenemos palabras de agradecimiento por este premio, que compartimos obviamente con nuestros pacientes. De hecho, hemos comenzado una campaña en redes sociales en la que el premio está de ruta por los 13 pueblos que formaron parte del proyecto y ofrecemos la oportunidad de que nuestros usuarios conozcan un poco más del pueblo en el que se encuentra el galardón cada semana. Así damos visibilidad al propio galardón, a la labor del farmacéutico, a la propia localidad y a sus habitantes. El proyecto de circuitos saludables cumple con 7 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Precisamente sobre los ODS, ¿crees que son una moda o una actitud? La farmacia es una parte más del engranaje de esta sociedad. Y lo que está claro es que el futuro tiene que ser sostenible o no será. Si queremos un futuro para nuestros descendien-

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