Farmacéuticos 42 Farmacéuticos 43 HABLAMOS CON... Es el primer farmacéutico de Australia que asume la presidencia de la FIP en los 110 años de historia de la federación. Sinclair, farmacéutico comunitario, ha trabajado en la FIP durante varios años; entre 2014 y 2018 fue presidente de la sección de Farmacia Comunitaria y, desde 2018, presidente de la Junta de Práctica Farmacéutica de la FIP. En esta entrevista profundiza en los retos y objetivos que se ha marcado para su mandato, que se prolongará hasta 2027. Además de ejercer en farmacias abiertas al público, ha participado en la política local como alcalde del Ayuntamiento de Campbelltown ¿Comparte la filosofía “actuar a nivel local y pensar a nivel global”? Sí, comparto la filosofía “actuar a nivel local y pensar a nivel global”, sobre todo debido a mi cargo en la Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP). Llevo mucho tiempo comprometido con la política local, que precisamente se centra en actuar a nivel local y pensar a nivel global. La mayoría de los programas de gobiernos locales se centran en una zona geográfica concreta, y las oportunidades de influir en otras zonas cercanas o más alejadas se ven limitadas. En el ámbito farmacéutico (especialmente en las farmacias abiertas al público) podemos desarrollar modelos de buenas prácticas y fomentar los mejores estándares posibles para nuestra profesión a nivel local y los mejores resultados posibles para nuestras comunidades. La FIP, como plataforma mundial del sector farmacéutico, aplica las enseñanzas de sus organizaciones miembros de todo el mundo y pone las normas de la práctica profesional a disposición de las zonas en las que se necesita desarrollar la práctica farmacéutica. Además, la FIP es líder mundial en el ámbito farmacéutico y trabaja para apoyar la transformación en todos los países, de acuerdo con las necesidades locales, a fin de alcanzar los objetivos globales sin exclusiones. Es un gran orgullo contar con el Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España (CGCOF) como miembro de la FIP, ya que garantiza la representación global del ámbito farmacéutico español. ¿Cuál es su opinión sobre el sector farmacéutico en España? Recientemente asistí al Congreso Mundial de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas de la FIP en Sevilla, donde pude comprobar de primera mano el modelo de farmacia español. España casi cuadruplica la cantidad de farmacias en comparación con mi país de origen, Australia, y dispone de una farmacia por cada 2.200 habitantes, en lugar de una farmacia por cada 4.400 habitantes, como sucede en Australia. La cifra de farmacias abiertas al público en España garantiza un excelente acceso a estos servicios para todos los españoles. Me impresionaron mucho las ponencias presentadas durante la sesión del congreso centrada en “La farmacia en España hoy”. Por nombrar algunas: Nodofarma Asistencial, la recogida de datos para validar los servicios prestados por los farmacéuticos, el uso de la red de farmacias para generar un impacto social positivo y cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la OMS o el reconocimiento del importante papel que debe desempeñar la farmacia en el avance de la salud electrónica en el SNS. La farmacia en España, al igual que en Australia, ofrece un buen servicio gracias a organizaciones de representación de sólida presencia y buenos recursos, como el CGCOF. Es de vital importancia que los farmacéuticos apoyen a estas organizaciones para que puedan ser firmes defensores locales de nuestra profesión, en el presente y en el futuro. ¿Cómo valora su elección como próximo presidente de la FIP? Es un gran orgullo y honor haber sido elegido presidente de la FIP. Llevo doce años colaborando con la FIP, y en este tiempo he desempeñado diversos cargos. Estoy orgulloso de ser el primer farmacéutico australiano elegido presidente. Para mí, es un privilegio asumir las responsabilidades que conlleva este cargo, tanto para la FIP como para nuestra profesión. ¿Qué objetivos se ha fijado para su mandato como presidente de la FIP? En primer lugar, quiero reconocer el sólido liderazgo que ejercieron los anteriores presidentes Michel Buchmann, Carmen Peña, así como nuestro actual presidente Dominique Jordan. Mi deseo es continuar con ese firme liderazgo durante mi mandato. Apoyaré la misión de la FIP de “fomentar la farmacia en todo el mundo”. Asimismo, mostraré un firme apoyo al programa “Una FIP”, que ha revolucionado la estructura de nuestra organización y ha propiciado un enfoque mucho más colaborativo entre las disciplinas farmacéuticas de la práctica, la ciencia y la educación. Una FIP unificada en todos los sectores y en colaboración con los miembros de todas las regiones que se traduce en una FIP más sólida y preparada para sus objetivos. Nuestros miembros son nuestra razón de ser, y debemos reforzar nuestra propuesta de valor y ofrecer recursos excelentes que puedan aplicarse en todos los entornos de práctica. La revolución digital de la sanidad es una oportunidad extraordinaria para la farmacia en la próxima década. Por ello, la FIP debe servir de ejemplo y prestar apoyo al ámbito farmacéutico a fin de que se adapte y aproveche esta oportunidad. Si tuviera que elegir un reto destacado para la profesión farmacéutica, ¿cuál sería? Actualmente, mi mayor reto es abogar por un mayor alcance de la práctica de los profesionales del sector farmacéutico en todos los entornos. Esto incluye la ampliación de los servicios de vacunación. La FIP lleva muchos años defendiendo el enorme impacto de la vacunación en la salud mundial, y actualmente somos testigos de los resultados de su trabajo. Nuestro papel en la prevención de enfermedades conlleva un enorme beneficio potencial para nuestras comunidades y sistemas sanitarios. ¿Qué podemos aprender como sociedad tras la pandemia del COVID-19? ¿Y qué lecciones puede aprender la propia profesión farmacéutica? La COVID-19 nos ha enseñado que nuestras sociedades y sistemas sanitarios son vulnerables, y que debemos estar preparados para afrontar situaciones extraordinarias. A nivel comunitario, todos debemos adoptar comportamientos para proteger a los sectores más vulnerables. La profesión farmacéutica estuvo a la altura de las adversidades que supuso la COVID-19 y desempeñó un papel fundamental a la hora de minimizar el impacto de la pandemia. En muchos entornos, la COVID-19 supuso un catalizador para la expansión del papel del farmacéutico. En Australia, los profesionales de farmacias abiertas al público administraron millones de vacunas contra la COVID-19 a través de la red de farmacias. Solo esta intervención ha salvado miles de vidas. Además, esta acción puso de manifiesto nuestro valor en la salud pública y la atención primaria. La pandemia ha demostrado la importancia de las farmacias abiertas al público, de nuestra accesibilidad, de nuestros profesionales cualificados y de nuestras ganas de ampliar la asistencia a las comunidades. Todos los resultados positivos logrados por los profesionales del sector farmacéutico deberían constituir la base de su promoción ante los gobiernos de todos los países a fin de aumentar el alcance de la práctica, incluir la administración de vacunas, las dolencias menores y los programas de gestión del estado de enfermedad. La resistencia a los antimicrobianos (AMR, por sus siglas en inglés) es una de las mayores amenazas para la salud pública. Como profesionales del sector, ¿qué podemos hacer para combatirla? Los profesionales del sector farmacéutico debemos desempeñar un papel activo en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos. Debemos fomentar su uso adecuado e informar a nuestras comunidades sobre los comportamientos saludables y la prevención de infecciones. En la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos, la FIP puso de manifiesto algunos ejemplos de las diversas acciones que han emprendido compañeros de todo el mundo para combatir este problema, como la contribución a los planes nacionales, el refuerzo de los marcos normativos, los cribados, la investigación y una mayor presencia en redes sociales para desmentir los bulos. En cuanto a la profesión, la FIP ha creado una Comisión AMR compuesta por expertos de alcance internacional y diversos campos de especialidad. Las actividades de esta comisión combinan la educación, la política y la salud pública con proyectos relacionados en los ámbitos de la vacunación y la seguridad de los medicamentos. Además, la FIP mantiene su campaña de fomento de la educación y la formación centradas en la resistencia a los antimicrobianos y aboga por optimizar el uso y la administración de antimicrobianos a fin de mitigar la resistencia. Paul Sinclair Presidente de la Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP) LOS FARMACÉUTICOS DEBEMOS DESEMPEÑAR UN PAPEL ACTIVO EN LA LUCHA CONTRA LA RESISTENCIA A LOS ANTIMICROBIANOS”
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