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Farmacéuticos 40 Farmacéuticos 41 HABLAMOS CON... Pilar Ordax Farmacéutica en Fuentes de Ropel (Zamora) SON VARIOS LOS DÍAS QUE ME HE IDO A CASA LLORANDO DE IMPOTENCIA” “Nuestro Ángel de la Guarda. Gracias Pilar”. La farmacéutica Pilar Ordax, de Fuentes de Ropel (Zamora) recibió el pasado mes de julio un homenaje sorpresa. Los vecinos de su pueblo se acercaron para entregarle una placa de agradecimiento por la enorme labor realizada durante la pandemia, ayudando, aconsejando, acercando la medicación a los más vulnerables y supliendo la ausencia del médico en el consultorio vecinal. “Los pueblos callados son pueblos muertos”, afirma Pilar Ordax. Antes de nada, enhorabuena por este reconocimiento ¿Los farmacéuticos tienen súperpoderes? [Risas] Últimamente sí. Porque hace- mos de todo. Tenemos muchos brazos, muchos ojos, muchos oídos. Que tus pacientes agradezcan pú- blicamente tu dedicación no tiene precio... La verdad es que estoy encantada y agradecida por el reconocimiento. Porque creo que a los farmacéuticos en general no se nos tiene reconoci- da nuestra labor sanitaria y el hecho de que te lo reconozcan tus propios pacientes es fabuloso. Ahora falta que nos lo reconozca también la Administración. cambió la dinámica y ahora es: “todo lo que tengo voy y se lo cuento al farmacéutico”. Habéis acercado la medicación al domicilio también. Sí. Está dentro del día a día, y lo hacemos fuera de nuestro horario de trabajo una vez que has cerrado la farmacia, que no puedes dejarla desatendida. Y luego además, no sabes por cuánto tiempo vas. No sabes si vas a estar 5 o 10 minutos porque te pones a preguntar, entras en conversación, y encima a mí que casi no me gusta hablar… [risas]. No miramos el reloj. ¿Cómo ha sido la reacción del pueblo ante la pandemia? Impresionante. Ha salido lo mejor de cada persona. Ha sido fabuloso ver cómo toda la gente se ha volcado. Miguel, el alguacil, desinfectaba todos los días la puerta y la calle de la farmacia, porque aquí es uno de los sitios donde más gente viene. Ha he- cho un trabajo excelente que le estoy agradecidísima. Álvaro, el concejal, que he mencionado antes, tiene un taxi y lo puso a dispo- sición de todos los pacientes, que los llevaba y traía gratuitamente. Teodoro, el presidente de la Asocia- ción Iniciativas Ropelanas, que ha sido quien ha movido el homenaje, fue quien me añadió al grupo de whatsapp del pueblo —yo soy de San Pedro de Latarce— y pasó a llamarse “Emergen- cias COVID Fuentes de Ropel”. Todos en el pueblo, que no quiero de- jarme a nadie, han respondido genial. Y a todos ellos les debo muchísimo. Hablando de whatsapp, ¿qué papel han jugado las NNTT en esta pandemia para hacerle frente? Todo. El grupo de whatsapp de Emergencias ha sido utilísimo y por este canal nos íbamos informando y organizando todo. Compartíamos información, videos, combatíamos los bulos, avisábamos de cuándo iba a estar la médica o el enfermero y cuándo no. Todos los avisos los daba por este canal. Teníamos también otro grupo de whatsapp con el alcalde y los agricul- tores para organizar la desinfección de las zonas y señalar las dosis y las proporciones adecuadas de los pro- ductos desinfectantes. ¿Cuál es la situación más dura que has vivido durante estos días? No sé, porque son varios los días que me he ido a casa llorando de impoten- cia. Si en este pueblo hay 400 habitan- tes, 300 son personas mayores, con dolencias crónicas y verlos indefensos, no tratados, solos… a mí me duele. Es duro. Sí. En pleno confinamiento me hice un listado de unas 20 personas que viven solas, solas, solas. Y les llamaba todos los días, sábados, domingos, lunes, martes. Todos los días. Y si por ejemplo, alguno no me contestaba porque hubiera mala cobertura o no cogía, avisaba a Álvaro, que es conce- jal de aquí, por si se podía acercar al domicilio y siempre se acercaba para comprobar que todo estuviera bien. Según tengo entendido el pueblo no cuenta con médico presencial y los pacientes acudían a la farmacia para que le grabases un vídeo y se lo enviases para poder hacer el diagnós- tico. Exacto. Hubo varios casos, pero uno que me viene a la cabeza es el de una señora que tenía mucha retención de líquidos, con las piernas bastante inflamadas, y hablando con la médica desde la distancia me iba indicando qué hacer, presiona el tobillo, dime, Y luego, por supuesto, todo el tema de recetas electrónicas y visados que se ha avanzado muchísimo y, de acceso online a los informes, que ha facilitado las cosas. Es difícil pero… ¿Qué aspectos positi- vos destacarías de toda esta situación por la que estamos atravesando? Que nos han valorado más a los farma- céuticos. Que han visto que no somos meros vendedores ni que estamos aquí por el euro. Se ha demostrado que somos sanitarios y que miramos por el bien de paciente. Creo que es lo más importante, que se ha descubierto. grábamelo y se lo enviaba; y de esta manera le recetaba furosemida o lo que correspondiese y lo registraban en su receta electrónica para poder dispensarle luego la medicación. ¿Cómo ha sido la relación con el resto de profesionales sanitarios? Yo estoy encantada tanto con los mé- dicos como con los enfermeros. Nos hemos intercambiado los teléfonos personales con la médica, que durante el confinamiento era una sustituta y nos íbamos poniendo de acuerdo. Nos hemos ayudado mutuamente y hemos ayudado al paciente. La relación ha sido siempre muy cooperativa. La verdad es que el trabajo en equipo, médico, enfermero y farmacéutico, se- ría un gran logro para el sistema, para los pacientes y para todos. La pandemia ha puesto encima de la mesa muchas labores y funciones asistenciales que hace la farmacia y que podría hacer más eficiente al sistema sanitario. Desde la farmacia hemos gestionado todo tipo de actuaciones sanitarias. En este pueblo, lo habitual era acudir a la consulta y con la receta ir luego por el medicamento a la farmacia; pero con la pandemia el médico dejó de venir y tampoco hay enfermero, por lo que El trabajo en equipo, médico, enfermero y farmacéutico, sería un gran logro para el sistema, para los pacientes y para todos”