Revista Pliegos de Rebotica - Nº 145 - Abril/Junio 2021

H H a pasado ya un año, cuando aquel 14 de marzo de 2020 el Gobierno de España decretó el “estado de alarma” viéndonos confinados y limitada nuestra libertad.Año de grandes dificultades, de pérdida de muchos seres queridos, de no poder expresar nuestros afectos, la soledad, no siempre deseada, y el miedo y la impotencia fueron cómplices de nuestras vidas, la oscuridad impidió ver la luz.Tal vez fue necesario como dijo, el estoico, Epictetus: “cuando en el juego de la vida vienen malas cartas, no hay más remedio que sacar el mejor partido posible de las que tienes”. Tal vez eso es lo que hubimos de hacer, ¡queríamos vivir! aunque hubiera que renunciar al modo de vida que habíamos alcanzado.Todo ha cambiado y ya nada volverá ser como fue. No obstante nunca perdimos la esperanza, y la Ciencia, algo tan a veces poco considerada y apoyada, nos la aumentó en forma de vacunas, algunas de técnica novedosa, grandiosos descubrimientos que están permitiendo, lentamente, inmunizarnos contra el maldito coronavirus, ¡vivir sin miedo! dando rienda suelta a nuestros sentimientos que afloren ,¡emocionándonos!, al encontramos a un ser querido, ¡somos animales sociales!. Qué alegría poder disfrutar asistiendo, con muchas limitaciones sanitarias, a un espectáculo escénico o musical, y ¿por qué no? a una corrida de toros; en definitiva Artes. De hecho la historia se repetiría, pues ya durante la pandemia de 1918,“la gripe española” ,se celebraron corridas de toros a las cuales los aficionados asistieron con su correspondientes mascarillas, como consta en los documentos gráficos a los que hemos tenido acceso, sin guardar distancia alguna, entre otras cosas porque no se consideraba necesario.Ahora bien entre lo deseable y lo posible a veces hay valladares difíciles de sortear. No olvidemos que La Tauromaquia ha sufrido el fuerte impacto, casi mortal, de La Covid-19. Plazas vacías, ilusiones esparcidas en el albero, vestidos de luces, deslumbrante belleza que dijo García Lorca, colgados esperando enfundarse en el cuerpo, tembloroso, de un torero, dehesas en las que el verdor de sus pastos eran tierra calcinada por la impotencia y, en muchas de las cuales toros bravos, única aportación original a la zootecnia universal, que dijo C. Sáez de Egaña, murieron de inanición. Sin menoscabo de lo antedicho, la primavera nos inunda con sus explosivos colores y contagiosa alegría, acompañada de vientos de esperanza.Algo se está moviendo, aunque tímidamente, en el mundo del toro porque, empiezan a celebrarse corridas de toros en plazas como Ossa de Montiel y, aunque solo sea en el papel, hemos visto ya bellos carteles anunciando corridas de toros en distintas localidades españolas, Madrid (Vistalegre) Jaén, Sevilla, la Maestranza sevillana, si las autoridades les permiten a los organizadores la limitación de asistentes al 50% de aforo de la Plaza, celebrará su Feria de abril. Sevilla y su Maestranza cuna y fuente de inspiración para tantos y tantos toreros. Ya José Bergamín, en sus seguidillas toreras , proclama la grandeza e importancia de la Tauromaquia, en el último tercio del siglo XVIII y primeros del veinte debido, en parte de dos grandes maestros; José Delgado, Illo, y Pedro Romero, rivales en el ruedo y amigos siempre, sevillano uno y rondeño el otro: El arte del toreo fue maravilla / porque lo hicieron juntos / Ronda y Sevilla / Unieron dos verdades / en una sola / con Illo y Romero / Sevilla y Ronda / De Sevilla era el aire / de Ronda el fuego: /y los dos se juntaron / en el toreo.Y como se juntaron / los dos rivales / no habrá nada en el mundo / que los separe. Este año se cumple el 220 aniversario de la muerte de José Delgado vulgo ILLLO o HILLO. Hillo sevillano de nacimiento, 1754, fue discípulo del gran Joaquín Rodríguez, COSTILLARES, a quien se le atribuye ser el iniciador del empleo de la muleta para torear y no para defenderse del toro, el introductor de la suerte de la verónica y el volapié, a la hora de realizar la suerte suprema. Pepe – Hillo se presentó en Madrid, en 1769, como banderillero de Juan Romero, padre del qué fue gran amigo y rival Pedro Romero, con el que alcanzó tardes de gloria para la Tauromaquia. Hillo, majeza y simpatía, a la hora de torear era muy audaz y temerario, su toreo no se sometía a norma alguna que no fuera el cargar la suerte, como él solía decir:“al toro se debe dejar venir por su terreno, y cuando llegue a jurisdicción, cargarle la suerte”. La leyenda le atribuye gestos hasta entones desconocidos como, así fue grabado en cobre por Diego Codina, tirar la muleta al suelo antes de entrar a matar, estoque en mano, y utilizar como engaño el reloj de bolsillo. Una tarde aciaga de la primavera de 1801 le rondó la muerte, en la plaza madrileña de la Puerta de Alcalá, en forma de toro; Barbudo , de la ganadería de don Joaquín Rodríguez Sanjuán de la vacada de Peñaranda de Bracamonte. Hillo había ido, a caballo, al Arroyo del Abroñigal a ver los toros que habrían de lidiarse esa tarde, 39 Rosa Basante Pol Pliegos de Rebotica 2021 DESDE EL CALLEJON En el 220 aniversario de la muerte de JOSE DELGADO (Alias) HILLO

RkJQdWJsaXNoZXIy MTEwMTU=