Revista Pliegos de Rebotica - Nº 144 - Enero/Marzo

50 Pliegos de Rebotica 2021 PLIEGO DEL PRESIDENTE Raúl Guerra Garrido E E n la puerta del ascensor de la casa de mis padres siempre colgaba el mismo letrero: “No funciona”. Puede que el confinamiento, sobrevenido para quedarse de una u otra manera ,nos remita a un tiempo analógico y juvenil cargado de citas irrenunciables, de paradojas tan asumibles como “prohibido escupir en las paredes” o “sea realista, pida lo imposible”. Puede que mi entusiasmo autárquico/nihilista de quien no tiene nada que perder fuese el mismo de Norman Mailer cuando declaró que la mejor literatura del siglo XX estaba escrita en las paredes. En cualquier caso mi cita más antigua y profunda es ese “no funciona” del ascensor familiar, siempre hay algo que no funciona, en demasiadas ocasiones ese algo es el mundo y siempre cargo con un cierto sentido de la culpabilidad por ese fallo. O por esa constante brillantez de las mentiras publicitarias con máxima excelencia a la que nos vendió las primeras tarjetas de crédito del Diners Club con la imbatible: “Compre sin dinero”. Mentira pero verdad puesto que ojos que no ven corazón que no siente. No nos hubiéramos desprendido con la misma facilidad de un lingote de oro o de un billete de mil pesetas con que lo hacíamos de su equivalente mediante una inocua tarjeta de plástico, No caímos en la cuenta de que el papel moneda, uno de los máximos logros de la civilización, cuenta con una ventaja ya irrecuperable: “No deja huella”. No funcionó el reflejo defensivo. Ahora el futuro camina imparable hacia máquinas chivatas cada vez más diminutas e indescifrables, sin averías previstas salvo la final: la obsolescencia programada del cachivache y la eutanasia del usuario. Cualquier funcionario de cualquier banco, no digamos ministerio o red social, puede escribir tu biografía comentada con tan solo teclear en su ordenador. Dado su puesto, por supuesto, no le va a temblar el pulso por una errata, de hace días y en papel oficial, a propósito de nuestra geografía, esta hermosa advertencia y localización: “como anda Lucía”. Por nuestra parte, el común, ya creemos poder describir una emoción con un icono llamado, creo, emoti coño. Sin duda es el confinamiento el que reverdece mi consuetudinario “no funciona”, algo va mal en la lucha contra la pandemia, no funcionan las restricciones pero quién sabe, a lo mejor las vacunas sí. Sorpresa. n ¿ NO funciona ?

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