Revista Pliegos de Rebotica - Nº 144 - Enero/Marzo

P P lagio, sin recato alguno, el título de la novela de Agatha Christie en la que ponía fin a las aventuras de su más festejado personaje, el detective belga Hercules Poirot. Lo hago por expresa sugerencia de la brillante y galaica Marisol Donis, compañera de tantos avatares vitales y literarios en estas páginas y en la propia vida. Agatha Christie siguió escribiendo después más novelas con el afamado investigador para desentrañar nuevos misterios, pero quiso poner un epílogo para publicarlo cuando hubiera lugar. Ha llegado el momento de cerrar esta sección encabezada nada menos que con la luz de los Soles de medianoche .Y no es que vaya a ocultarse el astro rey o que haya recibido indicaciones de la directiva de AEFLA o la dirección de Pliegos para que altere el rumbo de este particular viaje, es que no quiero cansar más a mis contadas lectoras con historias que van pareciendo algo repetitivas y que aportan menos que un granito de arena a esta revista tan especial. Como Poirot o Christie –que continuaron con sus casos y sus ediciones, respectivamente– no es que yo vaya a dejar de teclear en el portátil o apuntar en una servilleta de papel un par de ideas para desarrollar luego un artículo, es que después de más de diez años, creo que Soles ha cumplido con creces el encargo de mantener encendida la llama de Pliegos cuando va llegando a su cierre; una especie de metáfora lumínica que nuestros inteligentes lectores ya descifraron hace tiempo. Recogí la antorcha que dejaba mi maestro, Pedro Malo, por expreso mandato de la anterior Junta de AEFLA. Los responsables fueron Carlos Lens y, sobre todo, José Félix Olalla, ese gran presidente y mejor amigo al que la Asociación nunca le estará suficientemente agradecida por sus doce años de entrega y esfuerzo para mantener firme el rumbo de nuestra nave. En estos tiempos de accesos telemáticos y conferencias virtuales, no estaría de más que se recuperara, al menos en los ordenadores, parte del legado de aquella época y aquel equipo dirigido por uno de nuestros más laureados autores. He intentado ser testigo y portador de esa luz que no se apaga, de ese fulgor en el cielo para el que no cuentan las horas, de ese brillo que ofrecen siempre las miradas intensas y comprometidas. Supongo que, al menos en alguna ocasión, lo habré conseguido. Si fue así y alegré algún instante me doy por más que satisfecho. No sé si volveré a publicar algo y si valdrá la pena leerlo, pero doy por concluida mi etapa como miembro de la plantilla trimestral de esta revista. Me llevo en el corazón alguna emoción trasladada e impresa y algún comentario elogioso; también alguna crítica –casi siempre soterrada y sin dar la cara– que acepto como no podía ser de otra forma. Eso sí: mis amigos de COFARES han propiciado la recopilación de todos estos Soles de medianoche en un volumen recopilatorio que verá la luz en el 2021, cuando el malhadado 2020 empiece a ser agua pasada, aunque para todos nosotros sea una historia de mascarillas, confinamientos y distancias que jamás olvidaremos. Hasta siempre y muchas gracias por haberme seguido al otro lado de estas frágiles, pero fidedignas, pantallas de papel. José Vélez García–Nieto 49 Pliegos de Rebotica 2021 Telón

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