Revista Pliegos de Rebotica - Nº 144 - Enero/Marzo

existentes sobre los diferentes elementos conocidos hasta ese momento y, con la tenacidad que le caracterizaba, trató de encontrar efectos sistemáticos entre ellos. Se dice, sin demasiado fundamento, que la inspiración le vino mientras dormía y que fue durante un sueño cuando ordenó los elementos por orden creciente de masa atómica, aunque el químico ruso salió en más de una ocasión a refutar la leyenda: “Llevo pensando en esto desde hace 20 años, aunque creas que estaba sentado y de repente… ya está”. Lo que sí es cierto, es que Mendeleiev se percató de que podía definir grupos de elementos en los que las propiedades químicas parecían repetirse de manera periódica y un buen día de principios de marzo de 1869 se fue a la Sociedad Química Rusa a presentar su documento "La experiencia de un sistema de elementos basados en su peso atómico y similitud química". Mendeleiev incluso llegó a predecir la existencia de varios elementos por entonces desconocidos, dejando algunos huecos en su ordenación para ser rellenados en el futuro, como así sucedió poco tiempo después. La tabla original de Mendeleiev contaba con 63 elementos y 3 huecos. Sus fundamentos serían expuestos poco después en su libro Principios de la química , con la que Dimitri Mendeliev entraba por la puerta grande a la historia de la ciencia. Esta primera versión (63+3) siguió ampliándose y corrigiéndose a medida que se descubrían nuevos elementos y se mejoraban las técnicas para determinar las masas atómicas de cada uno de ellos.Así, a principios del siglo XX, se añadieron los gases nobles y, a mediados de la centuria pasada, los elementos actínidos. De esta manera, hubo que ir modificando la estructura inicial de la tabla, pero manteniendo siempre su carácter periódico original. En la actualidad, se conocen 118 elementos químicos diferentes, componentes de la Tabla Periódica, de los que la mayoría (4/5 partes) se han encontrado en la naturaleza, ya sea formando parte de sustancias simples o de compuestos químicos; el resto, han sido desarrollados enteramente de manera artificial en el laboratorio, mediante reactores químicos o aceleradores de partículas, y se caracterizan por su inestabilidad, aunque su proceso de descomposición puede durar desde fracciones de segundo, como el organesón, hasta millones de años, como es el caso del plutonio. Uno de ellos, el número 101, lleva el nombre de mendelevio, en honor al científico ruso. Pero el sistema de clasificación inventado por Mendeleiev, fundamentado en la ordenación de los elementos de acuerdo a su número atómico (número de protones que contiene el núcleo de sus átomos), es una obra permanentemente inacabada, en constante evolución. Las estrellas, que han sido las grandes generadoras de elementos químicos, siguen naciendo por millones cada día en el Universo, dando lugar a elementos químicos todavía desconocidos para nosotros y cambiando la composición de todo lo que nos rodea. Hoy, alrededor de 13.700 millones de años después del big–bang , sabemos que la materia del cosmos está compuesta por un 70% de hidrógeno, un 28% de helio y solamente un 2% de los demás elementos químicos. Nuestro propio cuerpo está compuesto básicamente (96%) por cuatro elementos: oxígeno, carbono, hidrógeno, nitrógeno, pero también están presentes en el mismo otro medio centenar o más de elementos originados en las estrellas: calcio, fósforo, hierro, etc. Las estrellas sembraron las semillas de los planetas, primero, y de los seres vivos, después. Según el gran divulgador de la ciencia Carl Sagan, “estamos hechos de materia estelar”, es decir, somos “polvo de estrellas” y, acaso, por la fuerza cósmica del amor, capaz de romper las barreras de la vida humana y del tiempo, quizás haya que decir, como en el soneto quevedesco: “más tendrá sentido; polvo serán, más polvo enamorado”. n 12 Pliegos de Rebotica 2021

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