Revista Pliegos de Rebotica - Nº 144 - Enero/Marzo
S S e cumplieron 150 años de la primera ordenación de la Tabla Periódica de los elementos químicos por parte del ruso Dimitri Mendeleiev, y también se celebró el 75 aniversario del Desembarco de Normandía, que supuso el comienzo de la liberación por parte de los ejércitos aliados de los territorios de la Europa occidental ocupados por la Alemania nazi y, con ella, de toda su carcoma totalitaria, durante la Segunda Guerra Mundial. Estos dos hechos, aparentemente inconexos, están unidos por la publicación de El Sistema Periódico (1975), el libro del químico y escritor turinés de origen judío, Primo Levi, quien ya había dejado en Si esto es un hombre (1947) uno de los testimonios más estremecedores del holocausto o shoah. Esta es la breve historia de 150 años, 118 elementos químicos, 21 capítulos y 2 nombres escritos en mayúsculas. Además de dedicarse con notable determinación a la química, Dimitri Mendeleiev (Tobolsk, 1834– San Petesbrugo, 1907) fue un espíritu inquieto que se interesó por la mayoría de las ciencias naturales y aplicadas, impulsó el desarrollo tecnológico y se convirtió en un gran viajero, fotógrafo y coleccionista. Contemporáneo de los escritores realistas de la llamada “edad de oro” de la literatura rusa, desde Iván Turguéniev a Anton Chéjov, pasando por Fiódor Dostoievski y León Tolstoi, a Mendeleiev le hubiera encantado compartir con ellos la insólita capacidad de crear personajes en los que se reconocían no solo muchos de sus compatriotas, sino también un buen número de europeos. En cambio, lo que sí pudo compartir fue la elevada talla intelectual de los mismos y la idea de que el futuro de Rusia estaba en su evolución hacia formas de vida europea y en el desarrollo de una sociedad más libre y justa. Por otra parte, Mendeleiev bien pudo haber sido uno de esos “globonoicos” o “nuevos argonautas” que aparecen descritos en Niveles de vida , la interesante novela del británico Julian Barnes, pues no iba a la zaga de ninguno de ellos en curiosidad o en audacia, hasta el punto de que, para poder observar un eclipse de sol, no dudó en emprender un vuelo en globo aerostático que supuestamente le llevaría más allá de las nubes (1867). A pesar de no conseguir el resultado esperado (tampoco él había mandado sus “tropas” a luchar contra los elementos atmosféricos), el científico ruso pudo experimentar la misma sensación que tuvo el también inventor francés Jacques Charles: “Cuando sentí que me alejaba de la tierra, mi reacción no fue de placer, sino de felicidad”, o, como el célebre fotógrafo Félix Tournachon –más conocido por Nadar–, quien aspiraba a ser con sus fotografías aéreas el “ojo de Dios”. A los 33 años, Dimitri Mendeleiev era ya catedrático de la Universidad de San Petersburgo y poseía una formación enciclopédica. Por tanto, conocía que, a partir de Empédocles, los filósofos griegos habían elevado a cuatro el número de elementos primarios de la materia: agua (elemento fundamental para Tales de Mileto), aire (Anaxímenes), fuego (Heráclito) y tierra, los cuales se relacionaron en el pensamiento aristotélico con cuatro combinaciones binarias: Fuego >>> Caliente– Jose ́ Gonza ́ lez Nu ́ n ̃ ez 10 Pliegos de Rebotica 2021 El sistema periódico un poema de hace 150 años (I) El Sistema Periódico de Mendeliev, (…) un poema, más elevado y solemne que todos los que nos hacían tragar en clase. Primo Levi
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