Revista Pliegos de Rebotica - Nº 142 - Octubre/Diciembre 2020
H H e recibido con enorme satisfacción y agradecimiento la invitación, por parte de Marisol Donis, de escribir un artículo para este número especial 143 de Pliegos de Rebotica , al alcanzar la cota de 45 años de brillante publicación. ¡Enhorabuena! ¡Felicidades! Asunto: sobre mi primer contacto con esta nuestra entrañable, y algo más, revista. Metafóricamente, debo rebobinar la memoria y comprobar hasta dónde se puede llegar en el intento de hacer presente parte de la historia de uno mismo. Desde la pizca de nostalgia, inevitable, también es sugestivo evocar aquel pasado iniciático. Tarea nada fácil, empero vamos a ello. Hace tiempo, bastante tiempo, tal vez coincidiendo con ese primer encuentro con Pliegos de Rebotica , a través de la Asociación Española de Farmacéuticos de Letras y Artes, en un debate entre escritores (‘gente que escribe’) de variopintas profesiones, procedencia e ideologías, lancé la pregunta: ¿qué motiva a una persona a escribir? Como no es posible, ni procedente, reproducir aquel acalorado debate, la quintaesencia de las razones o motivaciones que allí se expusieron se resume así: dar (ofrecer) respuesta a una llamada interior, que no debe ser ocultada, hay que exteriorizarla. He intentado prestar atención a esa llamada cuyo eco viene de lo más profundo. En realidad, mis primeros pinitos con la escritura se remontan a la época de estudiante en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada. Rebobinando recuerdo que, en un encuentro en la ciudad donde nací y resido, Sevilla, el maestro sabio de las tertulias de rebotica, exquisito escritor y colaborador habitual de Pliegos de Rebotica , José Luis Urreiztieta, en una conversación peripatética por los largos corredores del recinto, me habló de la Asociación, de su órgano de expresión, la revista (me entregó un ejemplar) y la conveniencia de colaboración por mi parte. La invitación, desde luego, no se perdió afortunadamente en el laberinto del olvido. Mi gratitud a tan egregio compañero farmacéutico y elegante señor. Mi padre, en ocasiones, me contaba las tertulias de rebotica en las que participó mi abuelo, boticario comprometido con las ciencias farmacéuticas y humanista cabal. Quiero hacer presente 29 2020 De mi primera aparición en Pliegos de Rebotica De mi primera aparición en Pliegos de Rebotica – Joaquín Herrera Carranza Joaquín Herrera Carranza
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MTEwMTU=