Revista Pliegos de Rebotica - Nº 142 - Octubre/Diciembre 2020
produjo tu ingreso en la Asociación AEFLA, siendo la única mujer entre tantos hombres? ¿Tuviste problemas de aceptación o discriminación? Supe de la existencia de AEFLA en la presentación de mi primer libro en el Ateneo a la que asistió Paco Femenía, que estaba en todo. La conexión fue inmediata y empecé a colaborar con la sección de crítica literaria de Pliegos . Nunca pensé en dirigir nuestra revista porque Paco era el alma mater de ella y de la asociación, pero hubo un momento de crisis dura en la que Pliegos prácticamente había desaparecido y él me dijo que quizá yo podría salvar “aquel desastre”. La propuesta fue aceptada por la junta y como soy una inconsciente, dije que sí y aquí estoy. Pero yo no era la única mujer.Allí estaban vocales extraordinarias como Lolita Rosillo o la excepcional Tiburchi Hortelano que era quien mandaba con mano y guante de seda en todos nosotros porque la queríamos y admirábamos. En el año 1990 pasas a ser directora de Pliegos, en sustitución de Francisco Femenía que llevaba una década en ese cargo. ¿Cómo era el ambiente literario y farmacéutico en aquellos años y cómo surgió tu nombramiento como directora de Pliegos de Rebotica ? En lo que toca al ambiente era estupendo. Generosidad, compañerismo, colaboración, amistad, entrega al proyecto y amor a la cultura. Consejo General de Farmacéuticos, socios y laboratorios aportaban su apoyo generosamente con el deseo de que el farmacéutico fuera reconocido en el mundo de la cultura y las humanidades. Fue una etapa larga y feliz para la farmacia española creo que en todos los sentidos. Por otro lado contaba con un núcleo original de socios entusiastas. Mucho, mucho tuvo que ver Ernesto Marcos Cañizares, aquel magnífico presidente durante una larga etapa del Consejo, siempre atento y diligente en todo lo que supusiera una mejora para nuestra profesión en cualquier plano. Dio apoyo a nuestra asociación y decidió también que la revista era fundamental para que AEFLA tuviera difusión en toda España y que los farmacéuticos con inquietudes artísticas debían tener un cauce de expresión, lo que sigue siendo prioritario en nuestra revista porque es su razón de ser. Hubo una temporada que la tirada de Pliegos de Rebotica alcanzó los 35.000 ejemplares, luego pasó a 5.000 y hoy se ha reducido al mínimo. Pasamos del esplendor a la supervivencia. Ahora toca repuntar. ¿Qué recuerdos te vienen a la memoria y quienes fueron, en tu opinión, las personalidades más relevantes? 19 2020 “ ” Consejo General de Farmacéuticos , socios y laboratorios, aportaban su apoyo con el deseo de que el farmacéutico fuera reconocido en el mundo de la cultura y las humanidades. Ingreso en la Academia de Farmacia de Castilla y Leon, en la ímagen con Carlos Gómez Canga presidente de la Academia, y otros academicos. Margarita Arroyo entra en la Academia Castellana y Leonesa de la Poesía
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