Revista Pliegos de Rebotica - Nº 142- julio/septiembre 2020

S S entada en un velador, mirando por la cristalera del antiguo café en el que nos hemos citado, espero. El cielo gris del otoño madrileño parece el fondo de un cuadro de Stephen Sharnoff, encapotado y ceñudo. Un aroma de melancolía se evapora de las tazas calientes. Pienso entonces en la plenitud absoluta de esos minutos de espera. En esa burbuja de tiempo en la que estoy sumergida, en la que entrará mi amiga dulcemente, y en la que nos desplazaremos indolentes y complacidas, absortas en una conversación intrascendente, aprehendidas por la banalidad, mientras el mundo a nuestro alrededor habitado por esclavos del estrés urbano, galopa presuroso y atropellado. El tiempo. Ese enorme concepto abstracto al que nunca llegamos a comprender. Queremos domesticarle y no se deja. Queremos conocerle y se esconde. Queremos poseerle y se escapa. En la mitología de la Grecia vetusta, el tiempo, Chronos ( Χρόνος / Khrónos) era un dios. Surgió, incorpóreo formado por si mismo, y unido a su compañera llamada Inevitabilidad (Ananké), estableció el universo ordenando la tierra, el mar y el cielo.Y así, se manifestó conduciendo la rotación del cosmos, como una fuerza inexorable, lejos del alcance de nada ni nadie. Pero hete aquí que los dioses griegos jugaban a ser humanos y a tener hijos. Unos de estos era Kairós ( καιρός , Cairos) que representaba el momento justo, la oportunidad, el tiempo en potencia, atemporal y eterno. Se que me estoy metiendo en camisas de once varas y en disquisiciones más retóricas que contundentes.Todo por culpa de mi amiga que no llega. Pero tal vez me explique mejor, si les cuento que Kairós es un dios tan especial, que es capaz de unirse a otros formando parte de su ser.Así, Kayros puede ser Atenea (inteligencia) y también Eros (amor) e incluso Dioniso (inspirador de la locura y el éxtasis). O lo que es lo mismo: hay un tiempo cronológico, Chronos, cuantitativo, lineal, en el que cada segundo vale lo mismo que el siguiente o el anterior. Es un tiempo gobernado por el reloj.Y hay una vivencia de la calidad del tiempo, Kairós, medida por lo que aporta dicho tiempo con un valor individual y diferente. Esto hace que una hora de amor, pueda ser Kairós, eterna. Y el momento de un pensamiento inteligente pueda ser Kairós, profundo y permanente.Y la espera en la cafetería mientras llega mi amiga, pueda ser Kairós, experiencia inolvidable guardada para siempre. Pienso que hoy, en el siglo XXI, los tiempos siguen siendo dioses. Pero, ¿Cuál es más necesario? ¿A cuál adorar? Si Chronos desfila y Kairós danza, hagamos bailar a Chronos. Saboreemos una luz aprisionada en una esquina. Saltemos sobre los charcos de la lluvia. Cojámonos las manos mientras los protagonistas de la película se besan. Caminemos por el borde de la acera como si paseásemos por el borde de una nube. Es nuestra oportunidad, nuestro momento, nuestro Kairós. Y merece la pena. ¿No creen? Pues eso. n Estatua de Atenea, 1836. Promacos era el solda- do en la primera linea de batalla, por esa razón Atenea posee su égida, su lanza y su casco. Athenea es Hija de Zeus, el rey de los dio- ses, y de Metis, una titani- de hija de Océano, por ello es considerada como una oceánide la cual per- sonifica la sabiduría máxima. En la mitología griega, Dioniso es uno de los consi- derados dioses olímpicos, es el dios de la fertilidad y el vino. Escultura den mármol, siglo II a. C. Museo del Louvre. Ananké era la diosa de la inevitabilidad, la necesidad, la compulsión y la ineludibilidad. Era hija de los mares primi- genios en los cuales se posó Eurínome, y her- mana del tiempo. 30 Pliegos de Rebotica 2020 Chronos y Kairós Aurora Guerra Tapia El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He aquí por qué siempre se nos escapa el presente Gustave Flaubert Categorías temporales simbolizadas por Chrónos (tiempo de la sucesión) y por Kairós (tiempo de la situación) en el relato histórico. Kairós, concepto de la filosofía griega que representa un lapso indeterminado en que algo importante sucede. Su significado literal es «momento adecuado u oportu- no»,1 y en la teología cristiana se lo asocia con el «tiempo de Dios». Chronos (para no confundir con Cronos) es el dios del tiempo, fue un dios que permaneció cubriendo el universo para provocar la rotación de éste y el interminable paso del tiempo.

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