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de Rebotica de Rebotica
LIEGOS LIEGOS 40
ACTUALIDAD AEFLA
actualidad AEFLA
II Centenario de la
Constitución de CÁDIZ de 1812
C
on fecha veinte de marzo de 2012 se con-memoró en AEFLA el segundo centenario de la promulgación de la Constitución de Cádiz, hecho histórico trascendente que tuvo lugar un diecinueve de marzo de 1812, día de San José, de ahí que, tardíamente como puntualizó el confe-renciante Fernando Paredes Salido, haya pasado a la historia con el castizo nombre de “La Pepa”. El acto tuvo lugar en el salón de actos de Previ-sión Sanitaria Nacional de Madrid y correspondió presidirlo a nuestro secretario Juan Pedro Iturralde quien en el prólogo del mismo recordó la importan-cia y trascendencia de la Constitución de Cádiz, re-ferencia de otras constituciones, no solo españolas, sino de otros países, muy especialmente de Hispa-noamérica bien que en sentido históricamente estric-to el privilegio de ser la primera constitución espa-ñola le debe corresponder al canon 75 del IV
Concilio de Toledo de 633, considerado por muchos historiadores la primera constitución escrita de la Pe-nínsula y una de las primeras de Europa. En cualquier caso la Constitución de Cádiz es sin duda la referencia moderna más antigua de todas las cartas magnas que desde entonces en España han si-do. Para conmemorar el evento y su época partici-paron dos ponentes fuertemente vinculados a Cádiz, Paloma Ruiz Vega y Fernando Paredes Salido. La conferencia de Paloma titulada “La Farmacia en Cádiz en la Época de los Cortes, Patrimonio Na-cional” versó sobre temas variados relacionados con la práctica médica y farmacéutica de la época. Así, nos habló del protomédico de la ciudad de Cádiz en 1812, Don Francisco Flores Moreno quien en el Diario Meteorológico anotaba las observacio-nes médico-farmacéuticas así como de Salud Públi-ca, exponiendo las enfermedades endémicas y epi-démicas, el grado de mortalidad, diferenciando las
edades, sexo y las enfermedades causantes del falle-cimiento en cuestión.
Destacaron en aquella época las epidemias de fie-bre amarilla y de viruela de las que fallecieron un número relevante de diputados europeos y america-nos.
El Tratado de las heridas de armas de fuego, de Francisco Canivell y Vila constituyó el compendio elegido para el tratamiento de las heridas de guerra. Como medicamentos vegetales se utilizaban plantas aromáticas como el limón y la naranja y el alcanfor como antipútrido. La sangría se aplicaba a los más pletóricos. En la sífilis el tratamiento de elección lo constituían los antiflogísticos, el guayaco y las píl-doras mercuriales.
Los farmacéuticos eran los encargados del apro-visionamiento de los medicamentos de los buques de la Armada con destino a América así como de la re-cepción de los mismos provenientes de ultramar con el objetivo del comercio con Europa.
Por su parte, la exposición de Fernando Pare-des El Real Colegio de Cirujanos de la Armada en la Guerra de la Independencia. Anécdotas, vicisi-tudes y hechos importantes , se posicionó desde la perspectiva del Farmacéutico Militar del Real Co-legio de Cádiz para adentrarnos en la situación de la Farmacia en 1812, en las que el farmacéutico que ostentaba dicho cargo tenía entre sus funcio-nes la responsabilidad de Inspector de Medicinas de los buques y dependencias, la situación del Jar-dín Botánico, la enseñanza en ese centro docente de la Armada y la fundación del Laboratorio Far-macéutico cuyo cometido era la fabricación de medicamentos para las tropas combatientes. Este boticario, constituido en la charla de Fer-nando como cicerone, nos mostró el Cádiz de las Cortes, sus calles, sus gentes, la situación social de una sociedad asediada, los lugares de reunión de los diputados, las tertulias, los periódicos y el lenguaje popular con su gracejo y donosura.
De este modo palabras como “cursi”, “marisa-bidilla”, “paraíso”, “pasar por alto o por bajo”, “ha-cerse el sueco”, “jaranero”, “maritata”, o “menu-do” son términos de uso generalizado en España que, sin embargo, son de origen gaditano de la épo-ca constitucional.
Fernando cerró su exposición con una serie de imágenes de la ciudad de Cádiz que movieron a la nostalgia a todos aquellos que hemos tenido la for-tuna de conocer la con todo mérito denominada “Ta-cita de Plata”.
Después hubo un animado coloquio con inter-vención de varios de los asistentes que se prolongó animadamente durante el curso del vino español ser-vido con el que se cerró el acto.
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